Aquí nos encontramos en continuación de la línea de pensamiento donde Pedro exhorta a creyentes en diferentes facetas de la sociedad en cuanto a su comportamiento dentro un mundo al cual no pertenecen.
Después de brindar una  exhortación general al sometimiento a toda institución humana, y después mas específicamente exigir de los criados el mismo sometimiento a sus amos, ahora exhorta a las mujeres a someterse a sus esposos.
Cuando en un matrimonio la mujer experimenta una genuina conversión al Evangelio y su esposo no, ella está llamada a someterse.
Pedro nos establece que esta conducta sumisa y respetuosa es capaz de ganar el alma de su marido para Dios sin ninguna palabra.

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