Imaginad un mundo en el que tuviéramos todo, absolutamente todo aquello que pudiéramos desear. En tal caso, probablemente nadie escucharía LA TRINCHERA, ya que, al menos potencialmente, existen miles de millones de cosas mejores que hacer: dar vueltas a la Tierra sin parar en un cohete, construir un batiscafo transparente e irrompible para poder surcar el fondo de los océanos y descubrir nuevas especies animales, diseñar unas tijeras que permitan cortarse las uñas de los pies sin tener que doblar las rodillas de forma tan aparatosa, y la verdad es que no se me ocurren más cosas.
Lo que quiero decir es que vale, LA TRINCHERA no es un programa perfecto, pero es que el mundo es una mierda y para cortarse las uñas de los pies hay que doblarse mucho, así que, oye, pues hay cosas peores.
En todo caso, hoy tenemos: ReOscar (1952), Original y copia (Elliott Smith canta Thirteen, de Big Star), Vinilos y cassettes (Bob Dylan en 10 canciones), y La mejor cosa del mundo. Y aun os quejaréis. No sin razón.

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