Cada noche de San Juan tengo la costumbre desde hace muchos años de acercarme a la playa con mi guitarra para tocar y cantar algunas piezas de mi repertorio. Es una forma que tengo de celebrar que empieza una nueva etapa. La noche de San Juan marca el solsticio de verano, la noche más corta y el día más largo. A partir de ese momento los días se van a hacer cada vez más cortos hasta el solsticio de invierno.
Ir a la playa y tocar música frente al mar para mí es una forma de reencontrarme con mi mismo. También es un momento para hacer balance de lo que hemos hecho durante la primera mitad del año. Y también podemos pensar en qué aspectos de nuestra actividad nos vamos a concentrar y enfocar durante el resto del año.
Está ha sido una noche de San Juan un poco peculiar porque las playas estaban cerradas debido al temor de que los encuentras multitudinarios fueran peligrosos. Habitualmente siempre se ha celebrado San Juan mediante hogueras bailes y baños en el mar. En esta ocasión la playa estaba desierta. Pero para mí no había ningún cambio, volví a acudir a mi cita anual con esta fecha.
La noche de San Juan es un buen momento para que hagamos aquello que nos gusta más y su posible compartirlo. Puede ser la música, la literatura, el dibujo, caminar por la naturaleza, una buena charla o cualquier otra actividad que de verdad nos interese. Es una buena forma de celebrar un comienzo de ciclo.
Yo en todo caso me lo paso muy bien, hasta el año que viene!

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