La maraca y la navaja es lo que se mueve por este agujero negro de la radio. El chaca-chaca de la semilla en la piel nos anima a pelar el cable con el que puentear la música con el collage, la ficción u cualquier otra narrativa de la que podamos tirar. Con la precisión del karateka generamos butrones por los multiversos de las bocas que alguna vez plantaron suspiro en la tierra.