El que no aplica el castigo aborrece a su hijo, pero el que le ama le corrige oportunamente.

Te invito a meditar sobre lo siguiente:
Tus hijos son seres independientes con una identidad propia diferente a la tuya, no esperes que se asemejen totalmente a ti, se parecerán en muchas cosas pero te aseguro que las diferencias
también serán muchas. Y lo mismo pasa con tus padres, eres diferente a ellos y ellos diferentes a
ti, y es por eso que Dios nos pone a convivir juntos, para formarnos y amarnos siendo su obra
perfecta.
Conoce a tus hijos y descubre como quieren ser amados, si a través de las palabras bonitas, el
tiempo que pasan juntos, los detalles, los abrazos o resaltando sus cosas positivas.
Obsérvalos y descubre quienes son, no te quedes con los ideales que te han vendido o que tienes de ellos.

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