Ánimo Invencible (parte 2).
Jesús practicó la "animoterapia". En cinco ocasiones le dijo a alguien "Ten ánimo". Las Sagradas Escrituras nos infunden ánimo constantemente, porque cuando el desánimo se apodera del corazón es imposible avanzar y ser felices.

Os pongo una anécdota que lo demuestra:
EL PASTOR DESANIMADO
 
Un Pastor de un pequeño pueblo llegó a la Iglesia de buen ánimo para llevar a cabo la reunión de la noche. La hora se acercaba y la gente no aparecía. 
 
Después de quince minutos de retraso entraron tres niños. Veinte minutos más tarde se sentó en los bancos del fondo un matrimonio que parecía muy serio. Por fin, el pastor decidió arrancar el culto con las cinco personas. A pesar de no entender el porqué de la ausencia de muchos miembros, el pastor condujo el culto motivado y predicó con esmero y celo.

Para colmo, cuando volvía a casa fue asaltado y golpeado por dos ladrones que se llevaron su mochila, donde estaba su Biblia y otras pertenencias de valor. 
Mientras su esposa le curaba las magulladuras, él describió aquel día como el mas triste y estéril de su vida. Al borde de las lágrimas se quejó:

-Realmente, me siento fracasado en mi ministerio. No soy capaz de convocar nada más que a tres niños y un matrimonio malavenido.
 
Pasaron cinco años, y el pastor decidió compartir esa historia con la iglesia, explicando que todos sufrimos días de prueba. Al terminar de contar la anécdota, un matrimonio de gran referencia en aquella congregación interrumpió al predicador y dijo: “Hermanos, aquella pareja de la historia que se sentó en el fondo éramos nosotros. Estábamos al borde del divorcio; pero decidimos entrar en una iglesia, dejaríamos allí nuestras alianzas y después cada uno seguiría su camino. Sin embargo, nos dimos otra oportunidad después de que oímos la predicación. Hoy, estamos aquí, con el hogar y la familia restaurada.

En la puerta de entrada, el diácono que recibía a las personas gritó: 
"Pastor... Yo fui uno de los ladrones que le asaltó. Nunca me he atrevido a contarlo. El otro murió aquella misma noche, cuando realizábamos el segundo asalto. Pero en el bolso usted tenía una Biblia, y yo comencé a leerla en la cárcel. Cuando salí, a los 18 meses, decidí congregarme en esta iglesia... 
 
El pastor quedó pasmado y comenzó a llorar, regocijándose con toda la congregación, entre la que se hallaban, por ciertos, dos de los tres niños antes mencionados, ya convertidos en jovencitos y que eran los mejores discípulos del siervo de Dios.
 
MORALEJA: 
1- Ejerce tu llamado con dedicación y celo más allá del número de participantes. 
 
2- Da tu mejor esfuerzo cada jornada, pues cada día es una oportunidad que Dios brinda a la vida de alguien. 
 
3- El día que consideras más estéril, puede ser el día más productivo a los ojos del Señor. 
 
4- Dios usa las circunstancias difíciles de la vida para producir grandes victorias. 
 
5- Nunca digas: "Hoy Dios no hizo nada”, solo por el hecho de que tus ojos no vieron el fruto. Como dijo, Robert Louis Stevenson, el novelista, autor de ‘La Isla del Tesoro’: “No juzgues el día por la cosecha que has recogido, sino por las semillas que has sembrado”.
PROMESA:​
SALMO 126: 5-6​
Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo.​
6 Él que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra,​
en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas.

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