Escuchar "Cosas de ayer y hoy #7 (08-01-2019)"
Síntesis del Episodio
Cosas de ayer y hoy #7 (08-01-2019)
1- MÚSICA DE AYER Y HOY:
- Música de ayer:
Cómo nieve en verano (origen)
- Música de hoy:
Twice- Vino nuevo
2. PREDICADORES DE AYER Y HOY:
- Charles Spurgeon:
Charles Haddon Spurgeon (Kelvedon, 19 de junio de 1834 - Menton, Francia, 31 de enero de 1892)1 fue un pastor bautista reformado inglés. Según la Internet Christian Library (ICLnet), a lo largo de su vida evangelizó alrededor de 10 millones de personas2 y a menudo predicaba 10 veces a la semana en distintos lugares. Sus sermones han sido traducidos a varios idiomas y es conocido como el «Príncipe de los Predicadores».3 Tanto su abuelo como su padre fueron pastores puritanos, por lo que creció en un hogar de principios cristianos. Sin embargo no fue sino hasta que tuvo 15 años en enero de 1850 cuando hizo profesión de fe en una Iglesia metodista.4
Spurgeon fue pastor de la Iglesia Bautista de Londres denominada Metropolitan Tabernacule, durante 38 años.5 Fue parte de numerosas controversias con la Unión Bautista de Gran Bretaña y luego debió abandonar su título religioso.6 Durante su vida, Spurgeon sufrió diversos malestares físicos. Sin embargo, en 1857, fundó una organización de caridad llamada Spurgeon's, la cual trabaja a lo largo de todo el mundo.7
Entorno familiar y niñez[editar]
Nació el 19 de junio de 1834 en Kelvedon, en el condado inglés de Essex y fue el hijo mayor de Eliza Jarvis y John Spurgeon.8 Su madre, Eliza, nació en las proximidades de Belchamp Otten, el 3 de mayo de 1815 y tenía alrededor de 19 años cuando Charles nació.8 Su padre, John, nació en Clare, Suffolk, el 15 de julio de 1810 y tenía alrededor de 24 años cuando nació su primer hijo.8 El matrimonio engendró 17 hijos, pero 9 de ellos murieron cuando eran bebés.8
A la edad de seis años, Spurgeon leyó El progreso del peregrino de John Bunyan y a lo largo de su vida lo leyó unas 100 veces más.9 Además, Spurgeon se destacó en matemática y solía leer las Escrituras durante el culto familiar. Memorizó muchos himnos en su niñez, los cuales usaría luego en sus sermones.10
Como un joven adolescente, Spurgeon era muy inteligente, pero también temeroso e inseguro. Bajo la influencia de su padre y su abuelo, se le impidió cometer la mayoría de los pecados más comunes. Cuando era niño pensaba que era una buena persona, pero años después dijo: «día y noche, la mano de Dios pesaba sobre mí».10 Leyó la Biblia por entero, pero sintió que sus escritos lo estaban amenazando en vez de prometerle algo bueno. A medida que se hacía mayor estos detalles pesaban en su consciencia.10
Spurgeon típicamente leía 6 libros por semana, y podía recordar lo que había leído y la fuente aún años después. Tenía gran destreza en el dibujo; y muy a menudo se le veía leyendo.
El 6 de enero de 1850, cuando tenía 15 años, se levantó para ir a su iglesia, pero debido a una tormenta de nieve no pudo llegar a ella. En vez de eso, se refugió en una antigua capilla metodista en Colchester.4 El pastor de la iglesia no llegó al servicio porque estaba enfermo. Entonces uno de los feligreses laicos fue al púlpito y empezó a predicar. Predicó sobre Isaías 45:22 diciendo: «Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más». Luego, según las palabras de Spurgeon, agregó, dirigiéndose hacia él: «joven, pareces miserable. Y siempre serás miserable en la vida y miserable en la muerte si no obedeces el texto; pero si lo obedeces ahora, en este momento serás salvo».11 Spurgeon sabía que era miserable, y en ese momento creyó que sólo Dios podía salvarlo. El orador, viendo su necesidad, le respondió: «Joven mira a Cristo Jesús, ¡Míralo!, ¡Míralo!, ¡Míralo! No tienes otra cosa qué hacer sino mirarlo y vivir».11 El joven Spurgeon comentó: «Así como con la serpiente de bronce que fue levantada, la gente miraba y era sanada, así fue conmigo» (Números 21:9).
En sólo un momento, Spurgeon se convirtió al cristianismo4 o, como él dijo: «Dios abrió su corazón al mensaje de salvación». Luego, también dijo: «pensé que podría bailar todo el camino hacia mi casa». El 3 de mayo de 1850, fue bautizado en River Lark, Isleham. Más tarde ese año, su familia se trasladó a Cambridge.
31 frases de Charles Spurgeon
https://josuebarrios.com/frases-charles-spurgeon/
Nunca, nunca estamos en peligro de ser tan orgulloso como cuando creemos que somos humildes.
Si un hombre es capaz de predicar sermones sin Cristo, no te hagas daño a ti mismo escuchándolo.
Nadie puede hacer tanto daño a la iglesia de Dios como el hombre que está dentro de sus paredes, pero no dentro de su vida.
La moralidad puede mantenerte fuera de la cárcel pero solo la sangre de Jesús puede mantenerte fuera del infierno.
Antes de que se ponga el sol, piensa en algún acto que lleve a la conversión de alguna persona y ejecútalo con todas tus fuerzas.
Discernimiento no es saber la diferencia entre lo bueno y lo malo. Es saber la diferencia entre lo bueno y lo casi bueno.
No fuiste salvo que vayas al cielo solo. Fuiste salvado para que lleves a otras personas allí contigo.
No existe un pecado que el cristiano no pueda vencer si descansa en Dios para hacerlo.
Cada vez que escuche a un hombre que se alabe diciendo que es santo, recuerde que un buen perfume no necesita anunciarse.
Donde la Biblia hace silencio, tú también has silencio.
Las ovejas pueden caer en el lodo; pero sólo los cerdos se revuelcan en él.
El cristiano es el hombre más contento en el mundo, pero es el menos contento con el mundo.
Creer en la idea de un Dios es una cosa, pero creerle a Dios es otra muy diferente.
Mientras más conozcas a Cristo, menos estarás satisfecho con vistas superficiales de Él.
Yo peco como un hombre pero Él perdona como un Dios.
Una vida sin oración es una vida sin Cristo.
Nadie está tan seguro como aquel quien Dios guarda; nadie está en tal peligro como aquel que se guarda a sí mismo.
La sinceridad hace a la menor de las personas más valiosa que el hipócrita más talentoso.
3. CANCIÓN QUE LE VA BIEN AL ARTÍCULO: DAME A CRISTO
- Bobby Gruenewald:
Es el fundador de LA APP YOUVERSION.
La aplicación bíblica YouVersion, que se instaló en más de 350 millones de dispositivos en todo el mundo, continuó incrementando el uso de la Biblia a lo largo de sus 10 años hasta el aniversario de este año.
Hoy, YouVersion anuncia el versículo bíblico más popular de 2018. El versículo más compartido, marcado y resaltado por los miembros de la comunidad de YouVersion en todo el mundo este año es Isaías 41:10: “No tengas miedo, porque estoy contigo. No te desanimes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré. Lo sostendré con mi mano derecha victoriosa ".
"Los datos de este año muestran que las personas en todo el mundo continúan recurriendo a la Biblia en busca de consuelo, ánimo y esperanza", dijo Bobby Gruenewald, Pastor, de Innovation Leader for Life y fundador de YouVersion
YouVersion también reportó un aumento del 27% en usuarios activos diarios en comparación con 2017, así como un crecimiento significativo para la aplicación de la Biblia para niños, lanzada en 2013.
"Nos sentimos felices de que 10 años después de su lanzamiento, la gente sigue usando la aplicación bíblica YouVersion en cifras récord para conectarse con la Palabra de Dios".
DATOS EN ESTE 10º ANIVERSARIO
Lanzado en 2008, YouVersion originalmente ofrecía 15 versiones de la Biblia en sólo dos idiomas. A través de sus alianzas con las sociedades de la Biblia, desde entonces ha crecido a más de 1.700 versiones diferentes de la Biblia en más de 1.200 idiomas, logrando que la lectura de la Biblia en la aplicación está aumentando en todos los continentes.
Un dato novedoso es la adición de una nueva versión de la Biblia en japonés dentro de la aplicación, que supuso que el uso de la Biblia en Japón experimentase un crecimiento interanual del 104 por ciento.
Además, el compromiso con la Biblia en Europa del Este está creciendo rápidamente, ya que Rumanía registra un aumento del 100 por ciento. En América del Sur, Chile y Argentina son los países de más rápido crecimiento, con un aumento del 79% y 60% en el uso de la Biblia, respectivamente.
"Muchos de nosotros crecimos con la libertad de leer la Biblia en el idioma materno, pero muchas personas en todo el mundo no tienen ese privilegio. Es por eso que nos apasiona hacer que la Biblia esté disponible en más idiomas a través de la aplicación" dijo Gruenewald.
"Estamos eternamente agradecidos con los generosos editores y las sociedades bíblicas que se han unido a nosotros en la misión de aumentar el acceso y el compromiso con la Biblia en todo el mundo".
"Esta generación está en camino de convertirse en la generación más comprometida con la Biblia, y creemos que la Iglesia debe seguir invirtiendo en nuevas tecnologías para ayudar a los adultos y los niños a conectarse con la Biblia", dijo Gruenewald.
Bobby Gruenewald
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Bobby Gruenewald (nacido el 31 de julio de 1976) es pastor y líder en innovación de Life.Church, una iglesia multitudinaria con sede en Oklahoma. También es el fundador de la aplicación bíblica YouVersion.
Historia
Gruenewald creció en Decatur, Illinois. Se graduó en 1994 en Stephen Decatur High School. Mientras estaba en la escuela secundaria, fundó y actuó en un grupo de rap cristiano. Obtuvo una licenciatura en finanzas de la Southern Nazarene University. En 2015, Southern Nazarene le otorgó a Gruenewald un doctorado honorario.
Carrera
Después de la universidad, Gruenewald creó y posteriormente vendió dos compañías de tecnología y trabajó como asesor de varias startups y fondos de capital de riesgo. Gruenewald da conferencias sobre la innovación y el uso de la tecnología en la iglesia. También contribuyó con una columna mensual a la revista Outreach Magazine durante siete años. Gruenewald también es miembro de la junta directiva de OneHope y del Museo de la Biblia.
Life.Church
Gruenewald se unió al personal de Life.Church en 2001. Al trabajar con el pastor principal Craig Groeschel, Gruenewald ayudó a lanzar MySecret.tv en 2006, un foro en línea que permite a los usuarios confesar secretos de forma anónima. Cuando se le preguntó sobre la motivación detrás de la iniciativa, Gruenewald dijo: "Creemos que si nos confesamos el uno al otro, la curación puede comenzar". Life.Church lanzó un Campus de Internet, ahora conocido como Iglesia en línea, en 2006. Church Online permite que personas de todo el mundo asistan a servicios que incluyen música de adoración, enseñanza bíblica, interacción en vivo por chat y oración individual a través de un chat privado. Un año más tarde, Gruenewald supervisó el lanzamiento de una ubicación de iglesia totalmente interactiva en Second Life, el mundo virtual en línea en 3-D. Gruenewald también supervisa el desarrollo y la administración de Life.Church Open Network, que ofrece recursos y herramientas gratuitos a las iglesias de todo el mundo.
YouVersion
En 2007, a Gruenewald se le ocurrió la idea de la aplicación bíblica YouVersion. Dijo: "Pensé en cómo la invención de Gutenberg revolucionó la accesibilidad y la distribución de Biblias hace cientos de años, y me pregunté cómo la tecnología podría hacer algo similar para nuestra generación". La aplicación de la Biblia fue una de las primeras 200 aplicaciones gratuitas disponibles. Cuando se lanzó la App Store en julio de 2008 y se presentó la primera Biblia la aplicación alcanzó más de 80,000 descargas en su primer fin de semana, y desde entonces ha sido descargada en todos los países del mundo en cientos de millones de dispositivos.
Vida personal
Gruenewald vive en Edmond, Oklahoma con su esposa Melissa y sus cuatro hijos.
Honores y premios
En 2011, Gruenewald fue incluido en la lista de Fast Company de las personas más creativas en los negocios. Los traductores de la Biblia de Wycliffe otorgaron a Gruenewald el Premio al Impacto de las Escrituras en 2014. También recibió el Premio Sal y Luz 2014 del Comité de Hombres de Negocios Cristianos de la ciudad de Oklahoma.
PREDICACIÓN DEL PASTOR DE LIFE.CHURCH: Pastor Craig Groeschel
Cuando yo deje de predicar la salvación por fe en Jesús, ponganme en un manicomio, porque pueden estar seguros que mi mente se ha ido.
El orgullo es la red del diablo con la que él atrapa más peces que con ninguna otra, exceptuando la procrastinación.
Tú puedes ser omnipotente si sabes cómo orar, omnipotente en todas las cosas que glorifican a Dios.
¿No hay Cristo en tu sermón, caballero? Entonces vete a casa y nunca prediques de nuevo hasta que tengas algo que valga la pena oír.
Si no tienes la intención de servir a Cristo, por lo menos salte del camino y deja que los demás le sirvan.
No es su permanencia en Cristo lo que lo salva, sino la permanencia de Él en usted.
Llegará un día en que en lugar de pastores alimentando a las ovejas habrá payasos entreteniendo a las cabras.
Si un hombre piensa mal de ti, no te enojes con él porque tú eres peor de lo que él piensa.
El que no sirve a Dios en donde se encuentra, no servirá a Dios en ninguna otra parte.
Una Biblia que se cae en pedazos usualmente pertenece a una persona que no lo está.
Quien le sirve a Dios por dinero, es capaz de servirle al diablo por un mejor salario.
Los sermones deberían estar llenos de la Biblia. Nuestras propias palabras son meras bolitas de papel comparadas con el disparo de rifle de la Palabra.
4. CANCIÓN: MÚSICA DE LA IGLESIA LIFE.CHURCH:
Completamente devoto: FULLY DEVOTED:
5. Y PARA TERMINAR: CUENTOS DE AYER Y HOY…
INSTRUMENTAL JUDÍA:
TOBÍAS EL ASTUTO Y RAÚL EL AVARO
En cierto pueblecito ucraniano vivía un pobre hombre llamado Tobías. A duras penas podía mantener a su mujer y a sus siete hijos, casi nunca llegaban a fin de mes. Tobías había probado muchos oficios pero ninguno se le daba bien. La gente, con mucha guasa, decía que el día que Tobías pusiera una cerería ese día ya no harían falta velas porque el sol ya no se pondría... Sólo a base de trucos conseguía ganarse los garbanzos. Por eso la gente le llamaba Tobías el Taimado (astuto).
Aquel invierno había sido muy duro. Caía mucha nieve y Tobías no tenía dinero para carbón. Hacía tanto frío que sus hijos se pasaban el día metidos en la cama, que era el único sitio donde se estaba caliente. Cuando el frío aprieta, el hambre también aprieta... Sara, su mujer, no hacía más que quejarse al ver la despensa vacía.
-Si no eres capaz de alimentar a tu mujer y a tus hijos, tendré que ir a ver al rabino para que me conceda el divorcio.
-Y ¿qué vas a hacer con ese divorcio? -le replicaba su marido-, ¿comértelo?
En el mismo pueblo vivía un ricachón llamado Raúl. Además de rico, Raúl era muy avaro. Tan avaro era, que sólo permitía a su mujer hacer pan una vez al mes... ¡porque decía que el pan duro duraba más! Por eso la gente le llamaba Raúl el Roña.
En alguna ocasión se había presentado Tobías en casa de Raúl para pedirle unas monedas, pero se marchaba igual que llegaba, con las manos vacías:
-No te incomodes, Tobías -le decía Raúl-, pero la verdad es que duermo más tranquilo cuando sé que mi dinero está en mi caja fuerte... en vez de en tu bolsillo.
Por no dar de comer, Raúl no daba de comer ni a su propia cabra. El animal comía de las sobras que le daban los vecinos y se alimentaba sobre todo de mondas de patata... y cuando no había, se subía a los tejados de las casas y se dedicaba a arrancar la paja de la techumbre. Eso sí, cuando la cabra paría cabritos, el viejo Raúl tenía buen cuidado de ordeñarla, para no perder ni una gota de leche... ¡que luego vendía a buen precio a sus vecinos!
En fin, Tobías decidió un día que a su amigo Raúl le había llegado la hora de pagar el pato. Y, ni corto ni perezoso, se encaminó a casa de su amigo. Se encontró a Raúl el roña sentado en un cajón (sólo usaba sillas en fiestas de guardar, para que no se gastaran), comiéndose un plato de lentejas, acompañado de un mendrugo de pan duro.
-Distinguido amigo -le dijo, humildemente-, quisiera pedirte un favor... Verás, resulta que mi hija mayor, Dasha, ha cumplido ya los quince años, y está en edad de merecer... El caso es que hay un joven de un pueblo cercano que se interesa por ella, y esta noche va a venir a nuestra casa.
Ejem..., resulta que mis cubiertos son de aluminio, y a mi mujer le da vergüenza tener que usarlos cuando vienen invitados... y me ha mandado aquí para que te pidiera al menos una cuchara de plata para que pueda comer nuestro huésped. Yo te juro por lo más santo que mañana mismo te la devolveremos.
Raúl sabía que cuando Tobías juraba por lo más santo, cumplía su palabra... así es que se la dejó.
Por supuesto que todo era mentira. Ni Dasha tenía novio, ni pretendiente, ni, por otra parte, esperaban a nadie aquella noche para cenar. Tobías se guardó cuidadosamente la cuchara de Raúl debajo de la camisa, y, al llegar a su casa, se dirigió al armario donde guardaba lo poco que quedaba de su cubertería de plata. Había tenido que vender casi todos los cubiertos que le regalaron cuando se casó, y sólo le quedaban tres cucharillas de plata, que sacaba sólo en las fiestas de la Pascua.
Al día siguiente, volvió a casa de Raúl. Como siempre, se lo encontró en el porche de su casa, con los pies descalzos (¡así no se le gastaban las suelas de los zapatos!), comiendo unas lentejas con su mendrugo de pan duro.
-Vengo a devolverte la cuchara que me prestaste ayer -le dijo, dejándola en la mesa, junto con una de sus cucharillas de plata.
-Y esto ¿qué es? -le dijo el viejo, señalando la cucharilla de Tobías.
-Pues verás le contestó Tobías-. Resulta que tu cuchara sopera ha dado a luz, esta noche, a la cucharilla tetera. Yo soy un hombre honrado, Raúl, y me ha parecido lo correcto devolverte a la madre... y a la hija.
Raúl estaba anonadado. ¡Jamás en su vida había oído hablar de que las cucharas parieran como las personas! Pero pronto su avaricia pudo más que su asombro, así es que aceptó las dos cucharas con gran alegría. «¡Menudo chollo!» pensaba, y se felicitaba a sí mismo de haber accedido al préstamo de la cuchara.
Pasaron algunos días, y de nuevo se presentó Tobías en casa de Raúl. Se lo encontró en el porche, sin su abrigo (lo tenía guardado para que no se le gastara), comiendo lentejas con su mendrugo de pan.
-Amigo Raúl -comenzó Tobías-, has de saber que el mozo que vino a casa no fue del agrado de mi hija Dasha. Me dijo luego que el joven tenía orejas de burro, ya ves tú... El caso es que esta noche se presenta otro pretendiente, y mi mujer Sara le está preparando un banquete, que quedaría muy deslucido si a la hora de servirlo no tuviéramos...
-¡No sigas! -le interrumpió Raúl-. Ya veo que has venido a pedirme la cuchara de plata... -y a continuación, esbozando una amplia sonrisa, concluyó-: Encantado de poder ayudarte, mi querido Tobías.
Al día siguiente, Tobías le devolvió la cuchara... y, además, una de sus cucharillas. De nuevo le explicó cómo, durante la noche, la cuchara grande había dado a luz a la cuchara chica e insistió en que él era un hombre de conciencia, incapaz de separar a la madre de la hija. Le dijo que el pretendiente tampoco había sido del agrado de su hija porque, según ella, ¡tenía la nariz demasiado larga! No hay que decir que el viejo Raúl se frotaba las manos de contento por todo este asunto.
La misma historia se volvió a repetir por tercera vez. Tobías se presentó en casa de Raúl con la cuchara sopera... y con su tercera, y ultima cucharilla tetera. Tan absorto estaba el viejo en este prodigio de la naturaleza, que no dudó en preguntarle al amigo Tobías:
-Y dime, vecino, ¿no podrá ocurrir que, en alguna ocasión, mi cuchara pariera gemelos?
Tobías se lo pensó un momento, y pronto encontró una respuesta:
-Por supuesto, mi querido amigo... ¡hasta se han dado casos de quintillizos!
La respuesta alborozó a Raúl... y aún más el saber que Dasha había rechazado a su nuevo pretendiente... esta vez, ¡por tartamudo!
Tobías dejó transcurrir una semana, antes de hacer una nueva visita a su amigo. Se lo encontró, como siempre, sentado en la terraza comiendo lentejas, pero esta vez en calzoncillos... sin duda, ¡guardaba sus pantalones para mejor ocasión!
-Muy buenos días-le saludó Tobías.
-¡Buenos y hermosos días! –exclamó Raúl, con su mejor sonrisa-.
-¿Y qué te trae hoy por aquí? Seguro que será algo bueno... si vienes a pedirme la cuchara, no tienes más que decírmelo y tus deseos serán complacidos.
-Hoy querría pedirte un favor muy especial -le dijo Raúl-. Resulta que esta tarde llega un nuevo pretendiente para mi hija, pero esta vez se trata del hijo de un rico comerciante que vive en la gran ciudad de Lublín... Pasará el domingo con nosotros y celebraremos
juntos la fiesta del Señor... Por lo tanto necesito, además de la cuchara, tus candelabros de plata, ya que los nuestros son de latón y le causarían al joven una pésima impresión... Yo prometo devolvértelos el día después de la fiesta.
El viejo Raúl dudó unos instantes: los candelabros de plata eran objetos de mucho valor.
Pero pronto sus dudas se disiparon... al recordar lo que había ocurrido con sus cucharas:
-De acuerdo, Tobías. Pongo a tu disposición los ocho candelabros de mi casa... ya ves que confío en ti... Bien entendido que, si alguno de ellos diera a luz durante la noche, me lo traerás también a mi casa, tal como has hecho hasta ahora con las cucharillas...
-Por supuesto -le contestó Tobías-. Vamos a ver si hay suerte.
Tobías guardó cuidadosamente la cuchara debajo de su camisa y, tomando los candelabros, se dirigió a casa de un comerciante amigo suyo, que los tasó y se los compró.
Más contento que unas pascuas, Tobías se fue a su casa y le entregó a Sara, su mujer, el dinero de los candelabros. Sara nunca había visto tanto dinero junto, y quiso saber de dónde lo había sacado.
-Pues verás -le contó Tobías-, resulta que esta mañana, al salir de casa, vi una gran vaca amarilla que volaba por encima de nuestro tejado y que ponía, en la chimenea, una docena de magníficos huevos de plata. Los tomé, los vendí... ¡y aquí está el dinero!
Sara, naturalmente, se mostraba incrédula.
-Nunca, en mi vida, había oído decir que las vacas volaran... ¡y mucho menos que pusieran huevos de plata!
-Bueno, todo puede ocurrir en esta vida -le contestó Tobías-. Además, si no quieres el dinero, me lo devuelves y sanseacabó.
-De eso nada, cariño -le contestó su mujer, cuyos ojos, ante el dinero, hacían chiribitas.
La buena de Sara decidió que cuando la despensa está vacía y los hijos pasan hambre, lo mejor es no hacer demasiadas preguntas. Así es que, tomando el portante, se fue al mercado y compró carne, pescado, harina, además de pasas y nueces y todo lo necesario para hacer un buen pastel. Y como aún le sobraba dinero, compró ropa y calzado para sus hijos.
La Fiesta del Señor se celebró por todo lo alto en casa de Tobías. Los niños saltaban, cantando canciones judías. Cuando los niños preguntaban a su padre de donde había sacado tanto dinero, su padre respondía resueltamente:
-Ya sabéis que, en la Fiesta del Señor, está prohibido hablar de dinero.
Al día siguiente, Tobías fue a casa de su amigo Raúl. Se lo encontró en el porche con un taparrabos... ¡la ropa la tenía guardada en el armario!
Tobías le devolvió la cuchara de plata y le dijo:
-Esta vez no hubo suerte, amigo Raúl... la cuchara, en esta ocasión, no ha sido madre.
-¿Y mis candelabros? -preguntaba el viejo-. ¿Dónde están mis candelabros?
Tobías suspiró profundamente.
-Amigo Raúl, ha ocurrido una desgracia... tus candelabros han muerto.
-¡Estúpido, idiota! -gritaba Raúl, fuera de sí-, ¿cómo es posible que un candelabro muera?
-Si una cuchara puede dar a luz, un candelabro puede morir -sentenció Tobías.
La cosa no acabó allí. Raúl llevó a Tobías ante el rabino, en busca de un veredicto favorable. Cuando éste oyó la historia, no pudo aguantarse la risa:
-Te está bien empleado -le dijo el rabino a Raúl-. Si fuiste capaz de creerte que las cucharas pueden tener hijos, entonces también debes aceptar el hecho de que los candelabros puedan morir.
-¡Pero eso es mentira! -objetó Raúl.
-También es mentira que los candelabros tengan hijos... y, sin embargo, tú estabas dispuesto a creerte esta mentira. Si aceptas la mentira cuando te produce beneficios, debes de aceptarla igualmente cuando te produce pérdidas -y con estas palabras dio el asunto por concluido.
Al día siguiente, el pobre Raúl rechazó el plato de lentejas, que le ofrecía su mujer.
-A partir de ahora, sólo comeré pan duro -dijo el avaro-. ¡Esta comida es demasiado cara!
La historia de las cucharas y los candelabros pronto pasó de boca en boca por todo el pueblo, para regocijo de pequeños y mayores. Todos celebraban la victoria de Tobías y la derrota de Raúl. Y tal como era la costumbre, pronto empezaron a cantarse unas coplas que los aprendices de sastre habían sacado:
«Al pobre Raúl
se le murió...su candelabro azul.
Y sus grandes cucharas,
ya no paren hijas
¡se han vuelto avaras!
Y él, come que come
su comida barata
y sueña, el pobre, que tendrá
¡nietos de plata!».
Pero ni Raúl tuvo más nietos,
ni las cucharas,
por más que las juntara,
tuvieron más descendencia.
Isaac Bashevis Singer, del libro "Cuando Shememenl fue a Varsovia y otros cuentos".
CANCIÓN: Barbra Streisand: Avinu Malkenu (Padre nuestro).
1- MÚSICA DE AYER Y HOY:
- Música de ayer:
Cómo nieve en verano (origen)
- Música de hoy:
Twice- Vino nuevo
2. PREDICADORES DE AYER Y HOY:
- Charles Spurgeon:
Charles Haddon Spurgeon (Kelvedon, 19 de junio de 1834 - Menton, Francia, 31 de enero de 1892)1 fue un pastor bautista reformado inglés. Según la Internet Christian Library (ICLnet), a lo largo de su vida evangelizó alrededor de 10 millones de personas2 y a menudo predicaba 10 veces a la semana en distintos lugares. Sus sermones han sido traducidos a varios idiomas y es conocido como el «Príncipe de los Predicadores».3 Tanto su abuelo como su padre fueron pastores puritanos, por lo que creció en un hogar de principios cristianos. Sin embargo no fue sino hasta que tuvo 15 años en enero de 1850 cuando hizo profesión de fe en una Iglesia metodista.4
Spurgeon fue pastor de la Iglesia Bautista de Londres denominada Metropolitan Tabernacule, durante 38 años.5 Fue parte de numerosas controversias con la Unión Bautista de Gran Bretaña y luego debió abandonar su título religioso.6 Durante su vida, Spurgeon sufrió diversos malestares físicos. Sin embargo, en 1857, fundó una organización de caridad llamada Spurgeon's, la cual trabaja a lo largo de todo el mundo.7
Entorno familiar y niñez[editar]
Nació el 19 de junio de 1834 en Kelvedon, en el condado inglés de Essex y fue el hijo mayor de Eliza Jarvis y John Spurgeon.8 Su madre, Eliza, nació en las proximidades de Belchamp Otten, el 3 de mayo de 1815 y tenía alrededor de 19 años cuando Charles nació.8 Su padre, John, nació en Clare, Suffolk, el 15 de julio de 1810 y tenía alrededor de 24 años cuando nació su primer hijo.8 El matrimonio engendró 17 hijos, pero 9 de ellos murieron cuando eran bebés.8
A la edad de seis años, Spurgeon leyó El progreso del peregrino de John Bunyan y a lo largo de su vida lo leyó unas 100 veces más.9 Además, Spurgeon se destacó en matemática y solía leer las Escrituras durante el culto familiar. Memorizó muchos himnos en su niñez, los cuales usaría luego en sus sermones.10
Como un joven adolescente, Spurgeon era muy inteligente, pero también temeroso e inseguro. Bajo la influencia de su padre y su abuelo, se le impidió cometer la mayoría de los pecados más comunes. Cuando era niño pensaba que era una buena persona, pero años después dijo: «día y noche, la mano de Dios pesaba sobre mí».10 Leyó la Biblia por entero, pero sintió que sus escritos lo estaban amenazando en vez de prometerle algo bueno. A medida que se hacía mayor estos detalles pesaban en su consciencia.10
Spurgeon típicamente leía 6 libros por semana, y podía recordar lo que había leído y la fuente aún años después. Tenía gran destreza en el dibujo; y muy a menudo se le veía leyendo.
El 6 de enero de 1850, cuando tenía 15 años, se levantó para ir a su iglesia, pero debido a una tormenta de nieve no pudo llegar a ella. En vez de eso, se refugió en una antigua capilla metodista en Colchester.4 El pastor de la iglesia no llegó al servicio porque estaba enfermo. Entonces uno de los feligreses laicos fue al púlpito y empezó a predicar. Predicó sobre Isaías 45:22 diciendo: «Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más». Luego, según las palabras de Spurgeon, agregó, dirigiéndose hacia él: «joven, pareces miserable. Y siempre serás miserable en la vida y miserable en la muerte si no obedeces el texto; pero si lo obedeces ahora, en este momento serás salvo».11 Spurgeon sabía que era miserable, y en ese momento creyó que sólo Dios podía salvarlo. El orador, viendo su necesidad, le respondió: «Joven mira a Cristo Jesús, ¡Míralo!, ¡Míralo!, ¡Míralo! No tienes otra cosa qué hacer sino mirarlo y vivir».11 El joven Spurgeon comentó: «Así como con la serpiente de bronce que fue levantada, la gente miraba y era sanada, así fue conmigo» (Números 21:9).
En sólo un momento, Spurgeon se convirtió al cristianismo4 o, como él dijo: «Dios abrió su corazón al mensaje de salvación». Luego, también dijo: «pensé que podría bailar todo el camino hacia mi casa». El 3 de mayo de 1850, fue bautizado en River Lark, Isleham. Más tarde ese año, su familia se trasladó a Cambridge.
31 frases de Charles Spurgeon
https://josuebarrios.com/frases-charles-spurgeon/
Nunca, nunca estamos en peligro de ser tan orgulloso como cuando creemos que somos humildes.
Si un hombre es capaz de predicar sermones sin Cristo, no te hagas daño a ti mismo escuchándolo.
Nadie puede hacer tanto daño a la iglesia de Dios como el hombre que está dentro de sus paredes, pero no dentro de su vida.
La moralidad puede mantenerte fuera de la cárcel pero solo la sangre de Jesús puede mantenerte fuera del infierno.
Antes de que se ponga el sol, piensa en algún acto que lleve a la conversión de alguna persona y ejecútalo con todas tus fuerzas.
Discernimiento no es saber la diferencia entre lo bueno y lo malo. Es saber la diferencia entre lo bueno y lo casi bueno.
No fuiste salvo que vayas al cielo solo. Fuiste salvado para que lleves a otras personas allí contigo.
No existe un pecado que el cristiano no pueda vencer si descansa en Dios para hacerlo.
Cada vez que escuche a un hombre que se alabe diciendo que es santo, recuerde que un buen perfume no necesita anunciarse.
Donde la Biblia hace silencio, tú también has silencio.
Las ovejas pueden caer en el lodo; pero sólo los cerdos se revuelcan en él.
El cristiano es el hombre más contento en el mundo, pero es el menos contento con el mundo.
Creer en la idea de un Dios es una cosa, pero creerle a Dios es otra muy diferente.
Mientras más conozcas a Cristo, menos estarás satisfecho con vistas superficiales de Él.
Yo peco como un hombre pero Él perdona como un Dios.
Una vida sin oración es una vida sin Cristo.
Nadie está tan seguro como aquel quien Dios guarda; nadie está en tal peligro como aquel que se guarda a sí mismo.
La sinceridad hace a la menor de las personas más valiosa que el hipócrita más talentoso.
3. CANCIÓN QUE LE VA BIEN AL ARTÍCULO: DAME A CRISTO
- Bobby Gruenewald:
Es el fundador de LA APP YOUVERSION.
La aplicación bíblica YouVersion, que se instaló en más de 350 millones de dispositivos en todo el mundo, continuó incrementando el uso de la Biblia a lo largo de sus 10 años hasta el aniversario de este año.
Hoy, YouVersion anuncia el versículo bíblico más popular de 2018. El versículo más compartido, marcado y resaltado por los miembros de la comunidad de YouVersion en todo el mundo este año es Isaías 41:10: “No tengas miedo, porque estoy contigo. No te desanimes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré. Lo sostendré con mi mano derecha victoriosa ".
"Los datos de este año muestran que las personas en todo el mundo continúan recurriendo a la Biblia en busca de consuelo, ánimo y esperanza", dijo Bobby Gruenewald, Pastor, de Innovation Leader for Life y fundador de YouVersion
YouVersion también reportó un aumento del 27% en usuarios activos diarios en comparación con 2017, así como un crecimiento significativo para la aplicación de la Biblia para niños, lanzada en 2013.
"Nos sentimos felices de que 10 años después de su lanzamiento, la gente sigue usando la aplicación bíblica YouVersion en cifras récord para conectarse con la Palabra de Dios".
DATOS EN ESTE 10º ANIVERSARIO
Lanzado en 2008, YouVersion originalmente ofrecía 15 versiones de la Biblia en sólo dos idiomas. A través de sus alianzas con las sociedades de la Biblia, desde entonces ha crecido a más de 1.700 versiones diferentes de la Biblia en más de 1.200 idiomas, logrando que la lectura de la Biblia en la aplicación está aumentando en todos los continentes.
Un dato novedoso es la adición de una nueva versión de la Biblia en japonés dentro de la aplicación, que supuso que el uso de la Biblia en Japón experimentase un crecimiento interanual del 104 por ciento.
Además, el compromiso con la Biblia en Europa del Este está creciendo rápidamente, ya que Rumanía registra un aumento del 100 por ciento. En América del Sur, Chile y Argentina son los países de más rápido crecimiento, con un aumento del 79% y 60% en el uso de la Biblia, respectivamente.
"Muchos de nosotros crecimos con la libertad de leer la Biblia en el idioma materno, pero muchas personas en todo el mundo no tienen ese privilegio. Es por eso que nos apasiona hacer que la Biblia esté disponible en más idiomas a través de la aplicación" dijo Gruenewald.
"Estamos eternamente agradecidos con los generosos editores y las sociedades bíblicas que se han unido a nosotros en la misión de aumentar el acceso y el compromiso con la Biblia en todo el mundo".
"Esta generación está en camino de convertirse en la generación más comprometida con la Biblia, y creemos que la Iglesia debe seguir invirtiendo en nuevas tecnologías para ayudar a los adultos y los niños a conectarse con la Biblia", dijo Gruenewald.
Bobby Gruenewald
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Bobby Gruenewald (nacido el 31 de julio de 1976) es pastor y líder en innovación de Life.Church, una iglesia multitudinaria con sede en Oklahoma. También es el fundador de la aplicación bíblica YouVersion.
Historia
Gruenewald creció en Decatur, Illinois. Se graduó en 1994 en Stephen Decatur High School. Mientras estaba en la escuela secundaria, fundó y actuó en un grupo de rap cristiano. Obtuvo una licenciatura en finanzas de la Southern Nazarene University. En 2015, Southern Nazarene le otorgó a Gruenewald un doctorado honorario.
Carrera
Después de la universidad, Gruenewald creó y posteriormente vendió dos compañías de tecnología y trabajó como asesor de varias startups y fondos de capital de riesgo. Gruenewald da conferencias sobre la innovación y el uso de la tecnología en la iglesia. También contribuyó con una columna mensual a la revista Outreach Magazine durante siete años. Gruenewald también es miembro de la junta directiva de OneHope y del Museo de la Biblia.
Life.Church
Gruenewald se unió al personal de Life.Church en 2001. Al trabajar con el pastor principal Craig Groeschel, Gruenewald ayudó a lanzar MySecret.tv en 2006, un foro en línea que permite a los usuarios confesar secretos de forma anónima. Cuando se le preguntó sobre la motivación detrás de la iniciativa, Gruenewald dijo: "Creemos que si nos confesamos el uno al otro, la curación puede comenzar". Life.Church lanzó un Campus de Internet, ahora conocido como Iglesia en línea, en 2006. Church Online permite que personas de todo el mundo asistan a servicios que incluyen música de adoración, enseñanza bíblica, interacción en vivo por chat y oración individual a través de un chat privado. Un año más tarde, Gruenewald supervisó el lanzamiento de una ubicación de iglesia totalmente interactiva en Second Life, el mundo virtual en línea en 3-D. Gruenewald también supervisa el desarrollo y la administración de Life.Church Open Network, que ofrece recursos y herramientas gratuitos a las iglesias de todo el mundo.
YouVersion
En 2007, a Gruenewald se le ocurrió la idea de la aplicación bíblica YouVersion. Dijo: "Pensé en cómo la invención de Gutenberg revolucionó la accesibilidad y la distribución de Biblias hace cientos de años, y me pregunté cómo la tecnología podría hacer algo similar para nuestra generación". La aplicación de la Biblia fue una de las primeras 200 aplicaciones gratuitas disponibles. Cuando se lanzó la App Store en julio de 2008 y se presentó la primera Biblia la aplicación alcanzó más de 80,000 descargas en su primer fin de semana, y desde entonces ha sido descargada en todos los países del mundo en cientos de millones de dispositivos.
Vida personal
Gruenewald vive en Edmond, Oklahoma con su esposa Melissa y sus cuatro hijos.
Honores y premios
En 2011, Gruenewald fue incluido en la lista de Fast Company de las personas más creativas en los negocios. Los traductores de la Biblia de Wycliffe otorgaron a Gruenewald el Premio al Impacto de las Escrituras en 2014. También recibió el Premio Sal y Luz 2014 del Comité de Hombres de Negocios Cristianos de la ciudad de Oklahoma.
PREDICACIÓN DEL PASTOR DE LIFE.CHURCH: Pastor Craig Groeschel
Cuando yo deje de predicar la salvación por fe en Jesús, ponganme en un manicomio, porque pueden estar seguros que mi mente se ha ido.
El orgullo es la red del diablo con la que él atrapa más peces que con ninguna otra, exceptuando la procrastinación.
Tú puedes ser omnipotente si sabes cómo orar, omnipotente en todas las cosas que glorifican a Dios.
¿No hay Cristo en tu sermón, caballero? Entonces vete a casa y nunca prediques de nuevo hasta que tengas algo que valga la pena oír.
Si no tienes la intención de servir a Cristo, por lo menos salte del camino y deja que los demás le sirvan.
No es su permanencia en Cristo lo que lo salva, sino la permanencia de Él en usted.
Llegará un día en que en lugar de pastores alimentando a las ovejas habrá payasos entreteniendo a las cabras.
Si un hombre piensa mal de ti, no te enojes con él porque tú eres peor de lo que él piensa.
El que no sirve a Dios en donde se encuentra, no servirá a Dios en ninguna otra parte.
Una Biblia que se cae en pedazos usualmente pertenece a una persona que no lo está.
Quien le sirve a Dios por dinero, es capaz de servirle al diablo por un mejor salario.
Los sermones deberían estar llenos de la Biblia. Nuestras propias palabras son meras bolitas de papel comparadas con el disparo de rifle de la Palabra.
4. CANCIÓN: MÚSICA DE LA IGLESIA LIFE.CHURCH:
Completamente devoto: FULLY DEVOTED:
5. Y PARA TERMINAR: CUENTOS DE AYER Y HOY…
INSTRUMENTAL JUDÍA:
TOBÍAS EL ASTUTO Y RAÚL EL AVARO
En cierto pueblecito ucraniano vivía un pobre hombre llamado Tobías. A duras penas podía mantener a su mujer y a sus siete hijos, casi nunca llegaban a fin de mes. Tobías había probado muchos oficios pero ninguno se le daba bien. La gente, con mucha guasa, decía que el día que Tobías pusiera una cerería ese día ya no harían falta velas porque el sol ya no se pondría... Sólo a base de trucos conseguía ganarse los garbanzos. Por eso la gente le llamaba Tobías el Taimado (astuto).
Aquel invierno había sido muy duro. Caía mucha nieve y Tobías no tenía dinero para carbón. Hacía tanto frío que sus hijos se pasaban el día metidos en la cama, que era el único sitio donde se estaba caliente. Cuando el frío aprieta, el hambre también aprieta... Sara, su mujer, no hacía más que quejarse al ver la despensa vacía.
-Si no eres capaz de alimentar a tu mujer y a tus hijos, tendré que ir a ver al rabino para que me conceda el divorcio.
-Y ¿qué vas a hacer con ese divorcio? -le replicaba su marido-, ¿comértelo?
En el mismo pueblo vivía un ricachón llamado Raúl. Además de rico, Raúl era muy avaro. Tan avaro era, que sólo permitía a su mujer hacer pan una vez al mes... ¡porque decía que el pan duro duraba más! Por eso la gente le llamaba Raúl el Roña.
En alguna ocasión se había presentado Tobías en casa de Raúl para pedirle unas monedas, pero se marchaba igual que llegaba, con las manos vacías:
-No te incomodes, Tobías -le decía Raúl-, pero la verdad es que duermo más tranquilo cuando sé que mi dinero está en mi caja fuerte... en vez de en tu bolsillo.
Por no dar de comer, Raúl no daba de comer ni a su propia cabra. El animal comía de las sobras que le daban los vecinos y se alimentaba sobre todo de mondas de patata... y cuando no había, se subía a los tejados de las casas y se dedicaba a arrancar la paja de la techumbre. Eso sí, cuando la cabra paría cabritos, el viejo Raúl tenía buen cuidado de ordeñarla, para no perder ni una gota de leche... ¡que luego vendía a buen precio a sus vecinos!
En fin, Tobías decidió un día que a su amigo Raúl le había llegado la hora de pagar el pato. Y, ni corto ni perezoso, se encaminó a casa de su amigo. Se encontró a Raúl el roña sentado en un cajón (sólo usaba sillas en fiestas de guardar, para que no se gastaran), comiéndose un plato de lentejas, acompañado de un mendrugo de pan duro.
-Distinguido amigo -le dijo, humildemente-, quisiera pedirte un favor... Verás, resulta que mi hija mayor, Dasha, ha cumplido ya los quince años, y está en edad de merecer... El caso es que hay un joven de un pueblo cercano que se interesa por ella, y esta noche va a venir a nuestra casa.
Ejem..., resulta que mis cubiertos son de aluminio, y a mi mujer le da vergüenza tener que usarlos cuando vienen invitados... y me ha mandado aquí para que te pidiera al menos una cuchara de plata para que pueda comer nuestro huésped. Yo te juro por lo más santo que mañana mismo te la devolveremos.
Raúl sabía que cuando Tobías juraba por lo más santo, cumplía su palabra... así es que se la dejó.
Por supuesto que todo era mentira. Ni Dasha tenía novio, ni pretendiente, ni, por otra parte, esperaban a nadie aquella noche para cenar. Tobías se guardó cuidadosamente la cuchara de Raúl debajo de la camisa, y, al llegar a su casa, se dirigió al armario donde guardaba lo poco que quedaba de su cubertería de plata. Había tenido que vender casi todos los cubiertos que le regalaron cuando se casó, y sólo le quedaban tres cucharillas de plata, que sacaba sólo en las fiestas de la Pascua.
Al día siguiente, volvió a casa de Raúl. Como siempre, se lo encontró en el porche de su casa, con los pies descalzos (¡así no se le gastaban las suelas de los zapatos!), comiendo unas lentejas con su mendrugo de pan duro.
-Vengo a devolverte la cuchara que me prestaste ayer -le dijo, dejándola en la mesa, junto con una de sus cucharillas de plata.
-Y esto ¿qué es? -le dijo el viejo, señalando la cucharilla de Tobías.
-Pues verás le contestó Tobías-. Resulta que tu cuchara sopera ha dado a luz, esta noche, a la cucharilla tetera. Yo soy un hombre honrado, Raúl, y me ha parecido lo correcto devolverte a la madre... y a la hija.
Raúl estaba anonadado. ¡Jamás en su vida había oído hablar de que las cucharas parieran como las personas! Pero pronto su avaricia pudo más que su asombro, así es que aceptó las dos cucharas con gran alegría. «¡Menudo chollo!» pensaba, y se felicitaba a sí mismo de haber accedido al préstamo de la cuchara.
Pasaron algunos días, y de nuevo se presentó Tobías en casa de Raúl. Se lo encontró en el porche, sin su abrigo (lo tenía guardado para que no se le gastara), comiendo lentejas con su mendrugo de pan.
-Amigo Raúl -comenzó Tobías-, has de saber que el mozo que vino a casa no fue del agrado de mi hija Dasha. Me dijo luego que el joven tenía orejas de burro, ya ves tú... El caso es que esta noche se presenta otro pretendiente, y mi mujer Sara le está preparando un banquete, que quedaría muy deslucido si a la hora de servirlo no tuviéramos...
-¡No sigas! -le interrumpió Raúl-. Ya veo que has venido a pedirme la cuchara de plata... -y a continuación, esbozando una amplia sonrisa, concluyó-: Encantado de poder ayudarte, mi querido Tobías.
Al día siguiente, Tobías le devolvió la cuchara... y, además, una de sus cucharillas. De nuevo le explicó cómo, durante la noche, la cuchara grande había dado a luz a la cuchara chica e insistió en que él era un hombre de conciencia, incapaz de separar a la madre de la hija. Le dijo que el pretendiente tampoco había sido del agrado de su hija porque, según ella, ¡tenía la nariz demasiado larga! No hay que decir que el viejo Raúl se frotaba las manos de contento por todo este asunto.
La misma historia se volvió a repetir por tercera vez. Tobías se presentó en casa de Raúl con la cuchara sopera... y con su tercera, y ultima cucharilla tetera. Tan absorto estaba el viejo en este prodigio de la naturaleza, que no dudó en preguntarle al amigo Tobías:
-Y dime, vecino, ¿no podrá ocurrir que, en alguna ocasión, mi cuchara pariera gemelos?
Tobías se lo pensó un momento, y pronto encontró una respuesta:
-Por supuesto, mi querido amigo... ¡hasta se han dado casos de quintillizos!
La respuesta alborozó a Raúl... y aún más el saber que Dasha había rechazado a su nuevo pretendiente... esta vez, ¡por tartamudo!
Tobías dejó transcurrir una semana, antes de hacer una nueva visita a su amigo. Se lo encontró, como siempre, sentado en la terraza comiendo lentejas, pero esta vez en calzoncillos... sin duda, ¡guardaba sus pantalones para mejor ocasión!
-Muy buenos días-le saludó Tobías.
-¡Buenos y hermosos días! –exclamó Raúl, con su mejor sonrisa-.
-¿Y qué te trae hoy por aquí? Seguro que será algo bueno... si vienes a pedirme la cuchara, no tienes más que decírmelo y tus deseos serán complacidos.
-Hoy querría pedirte un favor muy especial -le dijo Raúl-. Resulta que esta tarde llega un nuevo pretendiente para mi hija, pero esta vez se trata del hijo de un rico comerciante que vive en la gran ciudad de Lublín... Pasará el domingo con nosotros y celebraremos
juntos la fiesta del Señor... Por lo tanto necesito, además de la cuchara, tus candelabros de plata, ya que los nuestros son de latón y le causarían al joven una pésima impresión... Yo prometo devolvértelos el día después de la fiesta.
El viejo Raúl dudó unos instantes: los candelabros de plata eran objetos de mucho valor.
Pero pronto sus dudas se disiparon... al recordar lo que había ocurrido con sus cucharas:
-De acuerdo, Tobías. Pongo a tu disposición los ocho candelabros de mi casa... ya ves que confío en ti... Bien entendido que, si alguno de ellos diera a luz durante la noche, me lo traerás también a mi casa, tal como has hecho hasta ahora con las cucharillas...
-Por supuesto -le contestó Tobías-. Vamos a ver si hay suerte.
Tobías guardó cuidadosamente la cuchara debajo de su camisa y, tomando los candelabros, se dirigió a casa de un comerciante amigo suyo, que los tasó y se los compró.
Más contento que unas pascuas, Tobías se fue a su casa y le entregó a Sara, su mujer, el dinero de los candelabros. Sara nunca había visto tanto dinero junto, y quiso saber de dónde lo había sacado.
-Pues verás -le contó Tobías-, resulta que esta mañana, al salir de casa, vi una gran vaca amarilla que volaba por encima de nuestro tejado y que ponía, en la chimenea, una docena de magníficos huevos de plata. Los tomé, los vendí... ¡y aquí está el dinero!
Sara, naturalmente, se mostraba incrédula.
-Nunca, en mi vida, había oído decir que las vacas volaran... ¡y mucho menos que pusieran huevos de plata!
-Bueno, todo puede ocurrir en esta vida -le contestó Tobías-. Además, si no quieres el dinero, me lo devuelves y sanseacabó.
-De eso nada, cariño -le contestó su mujer, cuyos ojos, ante el dinero, hacían chiribitas.
La buena de Sara decidió que cuando la despensa está vacía y los hijos pasan hambre, lo mejor es no hacer demasiadas preguntas. Así es que, tomando el portante, se fue al mercado y compró carne, pescado, harina, además de pasas y nueces y todo lo necesario para hacer un buen pastel. Y como aún le sobraba dinero, compró ropa y calzado para sus hijos.
La Fiesta del Señor se celebró por todo lo alto en casa de Tobías. Los niños saltaban, cantando canciones judías. Cuando los niños preguntaban a su padre de donde había sacado tanto dinero, su padre respondía resueltamente:
-Ya sabéis que, en la Fiesta del Señor, está prohibido hablar de dinero.
Al día siguiente, Tobías fue a casa de su amigo Raúl. Se lo encontró en el porche con un taparrabos... ¡la ropa la tenía guardada en el armario!
Tobías le devolvió la cuchara de plata y le dijo:
-Esta vez no hubo suerte, amigo Raúl... la cuchara, en esta ocasión, no ha sido madre.
-¿Y mis candelabros? -preguntaba el viejo-. ¿Dónde están mis candelabros?
Tobías suspiró profundamente.
-Amigo Raúl, ha ocurrido una desgracia... tus candelabros han muerto.
-¡Estúpido, idiota! -gritaba Raúl, fuera de sí-, ¿cómo es posible que un candelabro muera?
-Si una cuchara puede dar a luz, un candelabro puede morir -sentenció Tobías.
La cosa no acabó allí. Raúl llevó a Tobías ante el rabino, en busca de un veredicto favorable. Cuando éste oyó la historia, no pudo aguantarse la risa:
-Te está bien empleado -le dijo el rabino a Raúl-. Si fuiste capaz de creerte que las cucharas pueden tener hijos, entonces también debes aceptar el hecho de que los candelabros puedan morir.
-¡Pero eso es mentira! -objetó Raúl.
-También es mentira que los candelabros tengan hijos... y, sin embargo, tú estabas dispuesto a creerte esta mentira. Si aceptas la mentira cuando te produce beneficios, debes de aceptarla igualmente cuando te produce pérdidas -y con estas palabras dio el asunto por concluido.
Al día siguiente, el pobre Raúl rechazó el plato de lentejas, que le ofrecía su mujer.
-A partir de ahora, sólo comeré pan duro -dijo el avaro-. ¡Esta comida es demasiado cara!
La historia de las cucharas y los candelabros pronto pasó de boca en boca por todo el pueblo, para regocijo de pequeños y mayores. Todos celebraban la victoria de Tobías y la derrota de Raúl. Y tal como era la costumbre, pronto empezaron a cantarse unas coplas que los aprendices de sastre habían sacado:
«Al pobre Raúl
se le murió...su candelabro azul.
Y sus grandes cucharas,
ya no paren hijas
¡se han vuelto avaras!
Y él, come que come
su comida barata
y sueña, el pobre, que tendrá
¡nietos de plata!».
Pero ni Raúl tuvo más nietos,
ni las cucharas,
por más que las juntara,
tuvieron más descendencia.
Isaac Bashevis Singer, del libro "Cuando Shememenl fue a Varsovia y otros cuentos".
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