CDAHY Cómo identificar una pareja tóxica

19/05/2022 59 min
CDAHY Cómo identificar una pareja tóxica

Escuchar "CDAHY Cómo identificar una pareja tóxica"

Síntesis del Episodio

Resumen
Estafa de las tres maletas
¿Por qué miramos a los ojos a los desconocidos cuando nos cruzamos por la calle?
Cómo identificar una pareja tóxica: 10 frases para detectarla
¡Es real!, tus hijos adolescentes te ignoran debido a que su cerebro se desconecta naturalmente de la voz de sus padres
1. Estafa de las tres maletas

2. ¿Por qué miramos a los ojos a los desconocidos cuando nos cruzamos por la calle?
La Vanguardia: Oriol Petit
Teresa Bas explica en RAC1.cat
La mirada es uno de los elementos que nos hace más humanos y más sociales"
Teresa Bas
Psicóloga y especialista en comunicación no verbal
Enlace: https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20220514/8265275/miramos-ojos-desconocidos-cruzamos-calle-pmv.amp.html

Vas caminando por la calle y de repente, sin apenas darte cuenta, se da ese instante en el que cruzas la mirada con un desconocido. Un contacto visual fugaz, casi furtivo, que no suele durar más de uno o dos segundos. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué miramos a los ojos de los desconocidos que nos cruzamos por la calle?
De entrada, existe una primera conclusión clara: si hemos cruzado la mirada, es que la otra persona también nos ha mirado a los ojos. Pero ¿con qué intención? ¿Qué buscamos nosotros y qué puede buscar el otro? La psicóloga y especialista en comunicación no verbal Teresa Bas explica en RAC1.cat algunos de los mecanismos sociales y psicológicos que nos llevan a mirar a los ojos de gente que no conocemos.
La experta explica que hay muchos factores subjetivos que pueden explicar esta " interacción instintiva y fugaz ". Eso sí, en todos los casos hay que tener en cuenta la importancia de la vista en una sociedad como la nuestra “para orientarnos y comunicarnos con los demás”. Junto con el contacto físico, Teresa Bas dice que "la mirada es uno de los elementos que nos hace más humanos y más sociales"
Este cruce de miradas tan breve “tiene que ver con una parte instintiva, inconsciente”, que a menudo funciona “como un automatismo”, explica la psicóloga. Y la explicación más común sería esa necesidad de orientarnos y saber qué y quién nos rodea, sea por interés, por curiosidad o por seguridad.
Comprobar si reconocemos a la otra persona, si nos gusta o si, por el contrario, puede suponer algún peligro, serían las principales motivaciones de este contacto visual fugaz. Además, la experta cree que la pandemia puede haber hecho crecer la necesidad de socializar.
La influencia de la mascarilla
Mirarnos a los ojos es todo lo único que hemos podido hacer en muchos momentos de la pandemia, y la mascarilla limita la forma en la que vemos y reconocemos a los demás. Además, según explica Teresa Bas, con el sentido del tacto y el contacto físico tan reducidos, “los otros sentidos se agudizan” y puede que estemos “más pendientes de encontrar la mirada del otro”.
Cómo reaccionamos ante el contacto visual
La especialista en comunicación no verbal recuerda que "la mirada es como un movimiento más" y que "el contacto visual rompe nuestra burbuja de seguridad". Por eso, una vez se produce el cruce de miradas, hay dos formas básicas de reaccionar: apartar la vista rápidamente o mantener el contacto visual.
La mirada es como un movimiento más" y que el contacto visual rompe nuestra burbuja de seguridad"
Teresa Bas
Psicóloga y especialista en comunicación no verbal
Cada interacción es un mundo, pero la psicóloga afirma que mantener la mirada puede ser señal de “curiosidad, atracción o ganas de conexión”. En cambio, apartar la vista puede ser "por miedo, incomodidad, vergüenza o rechazo ante alguien que no queremos que venga a hablarnos".
3. Cómo identificar una pareja tóxica: 10 frases para detectarla
MARÍA CASAS
Periodista
Barcelona

Enlace: https://www.mundodeportivo.com/vidae/psicologia-bienestar/20220516/1001798593/diez-frases-reconocer-pareja-toxica-act-pau.html
Una relación tóxica es aquella en la que una o ambas partes experimentan sentimientos como el sufrimiento
Se considera que una relación es tóxica cuando genera cierto daño o malestar en una o ambas partes de la pareja. Este tipo de relaciones se caracterizan por sentimientos como el sufrimiento o el dolor.
Tal y como explica Lucía Feito, psicóloga del Instituto Psicológico Cláritas especializada en Psicóloga General Sanitaria y Terapia familiar y de pareja Sistémica, “es difícil dar una definición de una relación tóxica, ya que pueden llegar a ser muy diversas” según el carácter y la personalidad de cada persona.
Esta misma experta recalca que se puede considerar una relación tóxica como aquella en la que una o ambas personas “están sufriendo”, pero “se autoengañan y se dicen así mismos que todo cambiará y se salvará, fruto de una dependencia emocional que lleva a ocultar el malestar ante el otro para evitar de nuevo una nueva discusión o confrontación”.
De este modo, una relación tóxica viene a ser aquella que priva a una de las dos personas su propio desarrollo personal y el de pareja.
¿Cómo podemos reconocer una relación tóxica?
Tal y como indica Feito, existen diferentes actitudes que nos pueden ayudar a reconocer una relación tóxica, siendo las principales características los celos y el control.
En una relación de este tipo se pueden llegar a producir actitudes de desconfianza, que se justifican “por la necesidad de una parte por ejercer el control de la otra persona, por miedo a perderla o por sus inseguridades”.
En otros casos, se puede reconocer una relación tóxica cuando una de las partes de la pareja muestra una actitud defensiva ante la mínima crítica, expresa desinterés por la otra persona o tiene actitudes de competitividad, en vez de cooperación, que es lo habitual.
En ocasiones, la persona “tóxica” tiene a hacer sentir culpable a la otra, por lo que la responsabiliza de cosas que no le corresponden.
Desde el Instituto Psicológico Cláritas aseguran que es imprescindible aprender a reconocer este tipo de situaciones y, en consecuencia, aceptarlas.
Además, estos expertos recuerdan que las personas que están atrapadas en una relación tóxica “se sienten constantemente en una montaña rusa de emociones”, por lo que pueden llegar a sentir miedo, inseguridad, tristeza, incomprensión e incluso soledad.
Por tanto, el primer paso antes de actuar es “reconocer que estamos atrapados en una relación que nos genera mucho malestar y sufrimiento, el cual estamos ocultando”.
En definitiva, con tal de aprender a aceptarlo, la experta en Psicóloga General Sanitaria y Terapia familiar y de pareja Sistémica aconseja echar la vista atrás y darnos cuenta cómo hemos ido dejando de hacer aquellas actividades que nos gustaban, como hemos dejado de quedar con personas que nos generaban bienestar y analizar cómo hemos cambiado el comportamiento para que la otra persona no se moleste.
Frases clave que nos permiten identificar una pareja tóxica
Generalmente muchas de las actitudes que lleva a cabo la persona culpable de la relación tóxica pueden ir acompañadas de frases que muestran control, celos o que hacen sentir culpable a la otra persona.
Según explica Feito, diferentes frases relacionadas con el control en WhatsApp y redes sociales, referentes al aspecto físico o a la ropa, o aquellas que intentan limitar otras relaciones o actividades pueden ayudarnos a reconocer una relación a una pareja tóxica. Algunos ejemplos son los siguientes:
“Déjame tu teléfono para demostrarme que me quieres y no tienes nada que ocultar”.
“¿Por qué no pones una foto de nosotros de perfil?”.
“No entiendo para que te maquillas tanto si estás más guapa al natural”.
“¿Por qué te arreglas tanto?”.
“No existe la amistad entre hombre y mujeres”.
“Llámame o despiértame cuando llegues a casa que quiero ver como llegas”.
“Si me quieres y no tienes nada que ocultar me darías tus contraseñas”.
“¿Por qué te llevas el teléfono a todas partes?, ¿Qué estás ocultándome?”.
“Estas en línea y ni me respondes”.
“No entiendo que quieras quedar con los de la oficina si estás todo el día con ellos”.
Para alejarse de este tipo de personas, en primer lugar y más importante, hay que reconocer que estamos envueltos en una relación tóxica, aprendiendo a identificar poco a poco los comportamientos y actitudes para diferenciar cosas que nos corresponden y cosas que no.
El segundo paso y el más difícil es alejarse de estas personas. “Debemos conectar con la idea de que solo podemos salvarnos y curarnos a nosotros mismos, por mucho que nos empeñemos no podemos cambiar a los demás, no es nuestra responsabilidad ni tarea, y por mucho que hagamos, el cambio solo depende de uno/a mismo/a”, concluye Feito.
EFESIOS 4:25-32
La Biblia, como tantas otras cosas, ya las había mencionado mucho tiempo atrás a ciertos tipos de personas o relaciones:
Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada;
Mas la lengua de los sabios es medicina. (Pr. 12:18).

4. ¡Es real!, tus hijos adolescentes te ignoran debido a que su cerebro se desconecta naturalmente de la voz de sus padres
Enlace: https://ensedeciencia.com/2022/05/03/es-real-tus-hijos-adolescentes-te-ignoran-debido-a-que-su-cerebro-se-desconecta-naturalmente-de-la-voz-de-sus-padres/

La adolescencia, por naturaleza, es una etapa realmente compleja del desarrollo del ser humano que se caracteriza, a grandes rasgos, por una serie de intensos cambios físicos, psicológicos y conductuales que son muy distinguidos. Este periodo tan dinámico viene acompañado de ciertos comportamientos muy peculiares que califica a los individuos, en la mayoría de los casos, como “rebeldes”. En realidad, esto no es más que la transformación gradual en su esfera psicosocial que los guía a seguir una mayor independencia e identidad con menos interés por los padres y mayor atención por la integración en entornos fuera de casa, como en grupos de amigos.
Se debe tomar en cuenta que los cambios evidentes en el aspecto físico y conductual de los individuos subyacen de numerosas transformaciones a nivel molecular y que determinan las características de la adolescencia. En este sentido, un grupo de investigadores publicaron recientemente en The Journal of Neuroscience una muy interesante transformación en el cerebro de los adolescentes que se instauro como una firma neurobiológica que determina y, podría explicar, por qué los individuos en esta etapa suelen ignorar a los padres. ¡No es simplemente una conducta, así lo determina su cerebro!
El estudio aquí descrito se basó en el análisis de imágenes cerebrales que les permitió evaluar la actividad cerebral de niños y adolescentes ante el procesamiento de la voz de la madre y voces no familiares, esto específicamente en los sistemas de recompensa y valoración social que se encuentran en dos partes del cerebro denominadas núcleo accumbens y la corteza prefrontal ventromedial.
El grupo comparativo fueron niños debido a que en esta etapa, al contrario de lo que sucede con los adolescentes, su mundo gira en torno a los padres o cuidadores; la valoración y aceptación requerida se limita a estos y no existen grandes rasgos de independencia. Así, los hallazgos arrojaron que la actividad cerebral de los niños en estos sistemas aumentaba significativamente al oír la voz de la madre en comparación con voces no familiares y, al contrario, en los adolescentes se encontró una mayor actividad cerebral ante voces desconocidas que con la voz de la madre.
De esta manera, esta menor activación en los sistemas de recompensa y valoración social en los adolescentes nos indica cómo neurobiológicamente un estímulo que antes era realmente gratificante para el cerebro, como lo es la voz de la madre durante la niñez que genera placer, satisfacción y entusiasmo, cambia completamente y su cerebro en el adolescente ya no procesa esta voz como un estimulo tan agradable o satisfactorio, en cambio, sí percibe así las voces desconocidas puesto que hay mayor interés de socializar e integrarse en otros grupos fuera de casa que, por tanto, son voces de personas más dignas de atención que los propios padres.
Finalmente, tal como describe Daniel Abrams, autor principal del estudio según ScienceNews: «Entonces, si bien los adolescentes y los padres a veces pueden sentirse frustrados por los mensajes perdidos, anímese, así es como está conectado el cerebro, y hay una buena razón para ello».
El estudio completo lo encuentra en: The Journal of Neuroscience