En Le poesie Lyrique des troubadours, A. Jeanroy define al trobar clus como una “manera de embrollar los sentidos, (entrebescar decían los provenzales: entrelazar)”.
Nacidos en las cortes del Amor estos poemas tenían un sentido doble y preciso, hermético e iniciático, además de su simbolismo habitual y por sí mismo evidente.
Muy bien lo decía el trovador Alegret: “Mi verso parecerá insensato al tonto si no tiene doble entendimiento . . . Si alguien quiere contradecirlo que adelante un paso y le diré cómo me fue posible introducir dos palabras de sentido distinto”.

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