El ciclo dionisíaco, escapado a la erupción del Vesubio que el mismo Plinio ha descrito en otra de sus cartas, es la más notable reliquia de la pintura antigua y de la vertical iniciática de la Sophia Perenne nunca encontrada. Descubierto en 1909, data de mediados del siglo I antes de nuestra era. Adorna una estancia de una de esas moradas romanas, urbanas o campestres, construidas y acondiciona­das con miras al descanso privado, que constelaron Roma, Italia y el mundo grecorromano hasta el siglo V, y cuyo mo­delo se despertó invenciblemente en el Renacimiento para despertar y asombrar a los hombres, para hablarle de antiguos rito mistéricos aletargados esperándole.
Con este trabajo cerramos la primera temporada de HORIZONTES PERDIDOS.
Podéis combatir el echarnos de menos oyéndonos una y otra vez, suscribiéndoos y dejando vuestros lucidos comentarios .Nos vamos a mojarnos los tobillos en tres mil años de magia, poesía y tradición. Nos vamos al mar del centro del mundo a tomarnos unos espetos de Sophia Perenne. Nos vemos en el Camino.

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