Fritz Honka fue un asesino en serie alemán que cometió varios crímenes en el Hamburgo de la década de los 70. Su historia es una de las más macabras de la criminología alemana, y se le conoce principalmente por la forma en que desmembraba y ocultaba los cuerpos de sus víctimas. Sin levantar sospechas, pese a no ser un criminal especialmente precavido ni cuidadoso, tan sólo una casualidad consiguió que sus crímenes vieran la luz y fuera apresado. Lo más sorprendente e increíble de todo fue su final, ya que el juez lo sentenció a quince años de prisión por un delito de asesinato y tres de homicidio, todos ellos perpetrados bajo un “estado de culpabilidad reducida”. Aquello significaba que Fritz no iría a un centro penitenciario sino a un psiquiátrico. Una estancia que cumplió con muy buena conducta y sin ningún tipo de altercado. Finalizada su condena, fue puesto en libertad y vivió bajo la identidad de Peter Jensen en una residencia de ancianos de Scharbeutz, donde murió en 1998 a la edad de 63 años.
Acompáñanos a conocer su caso.

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