La procrastinación no es un problema de tiempo. Es un problema de energía emocional.Tu abuela no te estaba dando consejos de productividad cuando te decía 'no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy'. Te estaba enseñando la ley fundamental del momentum: cada decisión que postergamos se vuelve emocionalmente más pesada, no más ligera.La próxima semana te voy a contar la historia de un CEO que estaba a punto de perder una oportunidad de 50 millones de dólares porque llevaba seis meses 'pensando' en una decisión que podía tomar en seis minutos. Y cómo una conversación de cinco minutos con su abuela de 89 años cambió no solo esa decisión, sino toda su filosofía de liderazgo.Te voy a revelar por qué las tareas que más evitamos son precisamente las que más poder tienen para transformar nuestras vidas. Y te daré el protocolo exacto que usan los líderes más decisivos del mundo para convertir la resistencia interna en combustible para la acción.Porque resulta que tu abuela entendía algo sobre la psicología de la procrastinación que los libros de productividad apenas están descubriendo: que postergar no es pereza... es miedo disfrazado de racionalización.¿Estás listo para dejar de negociar con tu propia grandeza?

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