La historia migratoria de Estados Unidos es, en gran medida, la historia de su construcción como nación. Desde la llegada de los primeros colonos europeos en el siglo XVII, pasando por la expansión territorial y las oleadas de migrantes de distintas partes del mundo, la política migratoria ha sido moldeada por intereses económicos, tensiones sociales, prejuicios raciales y coyunturas internacionales. Las leyes migratorias no solo han regulado quién podía entrar y bajo qué condiciones, sino que también han definido quién podía ser considerado parte de la nación. Comprender esta evolución nos permite ver cómo las ideas de inclusión y exclusión han cambiado —y, en ocasiones, persistido— alo largo del tiempo.

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