Diego Torres aborda el tema de las niñas, niños y adolescentes que están emigrando sin acompañamiento de un adulto, una problemática que ha aumentado en los últimos años debido a la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades en sus países de origen. Este fenómeno plantea graves desafíos tanto para los menores como para los países que reciben a estos migrantes, quienes se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.
Torres destaca que, a menudo, estos menores se embarcan en el viaje hacia Estados Unidos con la esperanza de encontrar una vida mejor, pero enfrentan innumerables riesgos a lo largo del camino, como el abuso sexual, el trabajo forzado, la trata de personas y el secuestro. El hecho de viajar sin un adulto a su lado los convierte en blancos fáciles para los traficantes de personas y otros actores criminales que explotan su vulnerabilidad.
Uno de los mayores problemas que enfrentan estos niños y adolescentes es la falta de un marco de protección adecuado. Aunque existen leyes y tratados internacionales que protegen los derechos de los menores migrantes, en la práctica, muchos de ellos no reciben la atención ni la protección necesarias. El proceso de detención y deportación en algunos países, como México y Estados Unidos, no siempre tiene en cuenta las necesidades especiales de los menores, quienes, además de ser separados de sus familias, a menudo enfrentan traumas emocionales y psicológicos a largo plazo.

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