Todos los miembros de una congregación y de cualquier organización deben ser cuidados pastoralmente para que puedan gestionar bien sus vidas y, sobre todo, para que sean conscientes de la importancia de tener cuidado de los cuatro aspectos de la existencia humana: el espiritual, el mental, el corporal y el relacional. Cuando descuidamos uno de los cuatro, nuestra vida se desequilibra porque funcionamos por el “principio de los vasos comunicantes”. Si el cuidado de uno de ellos es abandonado, los otros tres se resienten también de forma importante. Un antiguo himno de consagración al Señor empezaba diciendo: “Mi espíritu, alma y cuerpo, mi ser, mi vida entera, cual viva santa ofrenda entrego a ti mi Dios…”
Por lo tanto, el cuidado en la pastoral del profesional (recordando que todos somos profesionales, en alguna forma, en nuestra propia área de trabajo) incluirá, necesariamente, la formación e información bíblica necesaria para que cada creyente cuide adecuadamente de su vida entera a fin de que pueda conocer, entender y regular correctamente sus emociones y manejar bien el estrés, pudiendo cumplir así con el mandamiento de “estar siempre gozosos” y vivir con el equilibrio necesario para ser luz y sal para nuestra generación, tan necesitada de “personas medicina”.
En el tiempo que dedicaremos a este tema trataremos de dar recomendaciones muy prácticas a los asistentes para que puedan cuidarse a sí mismos pero, sobre todo, va dirigido a aquellos que tendrán que cuidar a profesionales bajo su liderazgo, recordando que para poder liderar con eficacia a otros se ha de cumplir, necesariamente, el mandamiento del apóstol Pablo a Timoteo: “¡Y tú, cuida de ti mismo!”.

Ester Martínez
Licenciada en Psicología (opción clínica).
Doctora en Filosofia.
Máster en Técnicas Corporales en Clínica y Aprendizaje.
Profesora de Psicología durante años en la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona).
Conferenciante y autora de diversos libros de educación y psicología.

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