Este argumento enseña que el diseño presupone un diseñador. El mundo en todas partes exhibe señales de diseño. Por lo tanto, el mundo debe su existencia a un autor inteligente. El mundo diseñado tiene un fin que ha
sido seleccionado por el Autor. Esto presupone una elección de medios adecuados para su fin, así como la aplicación de esos medios para el logro del fin propuesto. Esto demuestra que el Autor es alguien que
tiene inteligencia, voluntad y poder. El diseñador debe ser un agente externo como algo existente antes del producto final. Por lo tanto, dondequiera o cuandoquiera que veamos evidencia de diseño, estamos convencidos de que es un resultado de la operación de la mente del Autor. A lo largo de este vasto universo reina el orden. En medio de una variedad infinita, hay unidad; hay diseño.

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