Escuchar "#5 Coherencia y honestidad en el flamenco - Flamenco Llave en Mano podcast"
Síntesis del Episodio
Hablando de coherencia y honestidad en el flamenco, pensamos en lo que se hizo a lo largo de la historia: los artistas antiguos no necesitaban fingir, sino expresar lo que sentían.Los artistas de nuestra época tienen una formación —muy a menudo académica, de conservatorio— que a veces les impide hacer exactamente lo que sienten, y en cambio hacen lo que creen que deben hacer para agradar al mundo del espectáculo, al público, al manager, a los seguidores en redes sociales, o para adherirse al canon de lo que “se debe hacer”. Quien toca o baila hoy día tiene una formación académica. Por suerte, hoy se aprende en escuelas y cualquier persona puede empezar a tocar o bailar. Antiguamente, se elegía la profesión artística por vocación, no por buscar un trabajo cualquiera.El profesionalismo en el flamenco aparece hace pocas décadas. Antiguamente, ser artista era una necesidad del alma, para expresar una parte importante de la esencia de uno. Si cantar, tocar o bailar era una necesidad del alma, nadie te iba a contar algo que no fuera su verdad. Hoy, si soy artista, gano mucho menos que si fuera un divo y saliera en la prensa del corazón. Cada vez más, el flamenco se está convirtiendo en tener éxito, vender y ganar lo más posible.La esencia del flamenco, sin embargo, no ha cambiado: sigue sin mirar a una estética. En su historia, más que hoy, el éxito dependía de la capacidad del artista para involucrar a la gente en su emoción, de tocar el alma, no solo de la técnica. El flamenco te cuenta la verdad y la filosofía de vida del artista.Si tengo un filtro técnico, es una máscara que falsifica quién soy, y enseñamos lo que creemos más interesante para los demás. Si conozco muy bien la técnica, puedo intentar enmascararme y mostrar solo la parte de mi personalidad que considero más aceptable en el mercado y la sociedad.Pero de alguna forma, el flamenco no deja nada encubierto, y la verdad siempre aflora. Cada uno de nosotros favorece la expresión de uno u otro aspecto de su personalidad. Pero toda persona contiene todo dentro de sí. Nadie se identifica al 100 % con una única emoción. Puedo ser serio y tener momentos de alegría desenfrenada.Tengo que expresarme sin miedo y ser sincero.El flamenco es el coraje de ser, de existir, de probar lo que siento y de ser honesto y coherente. Para ser fiel a mí mismo, debo mirar dentro, reconocer quién soy, dónde estoy, aceptar mis emociones y vivirlas plenamente. Contarme mi verdad.El flamenco no se hace en solitario: siempre necesitas a alguien que toque, que cante, que dé palmas. Así expresas las emociones que sientes en el momento, sintonizando contigo mismo y con la situación que te rodea. Si empiezo a no decir la verdad, también engañaría a los demás, y el flamenco dejaría de existir.Si soy un buen guitarrista con mucha técnica, puedo disimular mi timidez, mi ansiedad, mi miedo o inseguridad; pero si frente a mí está un aficionado que reconoce las emociones del flamenco, no podré convencerlo con una “verdad” que no lo sea. Me pillará.En cambio, si acepto mis debilidades, mis fragilidades, y las expreso al cantar, tocar o bailar, mi sinceridad se convierte en fuerza y ejerce un poder catártico sobre mi miedo. Y lo que sucede es que termino teniendo más confianza en mí mismo.Al final, el verdadero problema es el miedo a ser juzgado y a juzgarme, y por eso no soy honesto. Pero puedo aprender a ser cada vez más sincero y coherente conmigo mismo.El flamenco te enfrenta a ti mismo, como en un espejo, y te deja desnudo con tu verdad. Al expresarte con flamenco, fingir no es una opción. Quienes bailan, cantan o tocan deben tener en cuenta esta dimensión energética del flamenco, ya que su valor catártico es grande. Y el público lo sentirá también. Si los artistas no tienen miedo a ser juzgados y a juzgarse, el espectador también empezará a hacer lo mismo. En un espectáculo teatral, ocurre algo diferente: las exigencias dramáticas muchas veces llevan al artista a falsificar su verdad profunda. Puede que todo esté maravillosamente estructurado para expresar un concepto o emoción, pero la emoción intensa que surge si el artista está totalmente presente, sin máscaras, es un bálsamo para el alma. Y eso solo surge cuando no hay filtros. El flamenco es muy terapéutico.Soy Sabina Todaro, trabajo con flamenco y danzas y músicas del mundo árabe desde 1985.En mi opinión, lo más importante es ser fiel a uno mismo: es irrenunciable decir la verdad, algo que en la sociedad de hoy en día es bastante raro. Intentar fingir ser otra persona o mostrar emociones que no son propias…Los conocedores profundos del flamenco, si el artista es demasiado técnico, dirán: “Este artista no me llega, no me alcanza.” Difícilmente este concepto estará expresado por un teórico en un libro. El análisis emocional difícilmente se utilizará como medida del valor de algo.Pero te doy un consejo: para evaluar si lo que estoy viendo tiene sentido, no puedo medirlo con una máquina, sino con mis emociones. Si el artista está totalmente envuelto en su emoción y sientes esa fuerza tan humana, que te envuelve aunque no sepas nada de teoría del flamenco, te puedo garantizar: estás viendo flamenco.
ZARZA Somos ZARZA, la firma de prestigio que esta detras de los grandes proyectos en tecnología de la información.