No te queda ni un solo dólar.
¿Qué harías?
Ahora imagina que has amasado una fortuna, y tienes que empezar de cero.
Bueno, eso es lo que le pasó a Zenón de Citio.
Zenón de Citio nació en Citio, Chipre, en el año 333 a.C.
Hijo de Mnaseas de Patara, un comerciante griego. Zenón había seguido los pasos de su padre. Pero un buen día, un barco con todas sus pertenencias y fortuna se hundió ante sus ojos.
¿Y sabes lo que hizo?
Se dice que dijo,
"La fortuna quiere que tenga más libertad para filosofar".
Entonces se fue a Atenas. Y tras formarse como filósofo, fundó su propia escuela filosófica.
Enseña filosofía bajo un pórtico decorado con pinturas.
Fundó la escuela hacia el año 300 a.C., y ese pórtico pintado (en latín Stoa Poikile) donde Zenón enseñaba a sus discípulos dio nombre a su corriente filosófica: el estoicismo.
Allí enseñaba sus principios.
El deber moral
Autocontrol
Vida en armonía con la naturaleza
Su recto modo de vida se ganó el respeto de la sociedad de su tiempo. Y gracias a ello, sus enseñanzas han llegado hasta nuestros días.
El estoicismo es una forma de vida que puede hacerte mucho más feliz de lo que imaginas. Por eso, en el artículo de hoy, hablaremos del estoicismo. Y de cómo cultivando una actitud estoica, podemos mejorar la calidad de nuestras vidas.
Comencemos.

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