Capítulo 1 – El Río de las AlmasGuiado por sueños y visiones, Elian descendió hasta las catacumbas, donde corría el Río de los Condenados. Aguas negras fluían como serpientes vivientes, y almas errantes se alzaban con lamentos desgarradores, intentando arrastrarlo a las profundidades.En la orilla lo esperaba Kharon, el barquero del inframundo. Su figura era apenas un esqueleto encapuchado, con ojos como brasas apagadas. Extendió su mano huesuda:—Cruzarás este río solo si me entregas tu alma.Elian apretó la espada oxidada y respondió con firmeza:—Mi alma no es moneda para nadie.El combate fue feroz. El barquero blandía su remo como guadaña, mientras los espectros lo mordían y desgarraban. Pero Elian resistió, y con un golpe certero lo hizo caer en las aguas malditas. De su derrota emergió un objeto brillante: el Emblema del Agua Oscura, la primera prueba de que el destino lo había marcado.