Por regla general, las ventas de productos y servicios se enfocan en satisfacer una necesidad, resolver un problema o cumplir un deseo. Pero el arte rompe el molde incluso con su forma de comercializarse: para vender arte hay que emocionar. La compra de una obra no se explica con algún argumento racional porque su valor es subjetivo. Quien compra arte invierte en una experiencia. Por eso necesitas encontrar las palabras que conecten de forma genuina con tus clientes, para que despiertes sus deseos de invertir en ti, en tus ideas o en tus piezas. En este episodio te doy 5 recomendaciones que te ayudarán a vender tu arte, sin importar la rama a la que pertenezcas.

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