Los celos son una emoción que dice mucho sobre la personalidad del que los sufre. La falta de seguridad en uno mismo y una baja autoestima, unidos a la creencia de que se puede poseer a otra persona, suelen formar parte de las características personales del celoso/a. También es cierto que hay quien disfruta o se realiza dando motivos a su pareja para que sienta celos; y es que los celos, cuando hay motivos, no son celos sino cuernos, aunque la infidelidad no se haya llegado a materializar.

Pero si eres una persona muy posesiva con tu pareja, si desconfías de ésta sin motivo, si controlas su forma de vestir y comportarse, si espías lo que hace, exiges saber dónde y con quién está en cada momento, te disgusta que hable con personas del sexo opuesto, aunque se trate de compañeros de trabajo o del dependiente de la panadería… ¡Cuidado! Tus celos pueden ser patológicos y corres el peligro de perder el control, agobiar a tu pareja, y deteriorar vuestra relación.

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