Hace unas semanas compartí un café con Julieta.
Julieta posee una sensibilidad por encima de lo normal que la permite ser una virtuosa de la música o escribir maravillosos poemas. Es joven, inteligente, guapa…
Una cosa llama la atención a quienes la hemos conocido: apenas sonríe, y las pocas veces que lo hace, tras esa mueca casi forzada, deja entrever un mundo de tinieblas con el que ha de convivir a diario. Sin embargo ella es fuerte, tanto que en el momento en que esas malditas voces aparecen en su cabeza, es capaz de coger un bolígrafo, su cuaderno y anotar todos aquellos mensajes que sin saber su procedencia, son dictados en su interior.
Aún así Julieta reconoce tener pánico a Roger. A Roger le tiene miedo, mucho miedo. Él es malo…

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