A usted que recorre estas páginas, le diré para terminar: en los momentos difíciles de su vida, en las horas de adversidad, cuando pierda un ser amado, o si sus esperanzas largamente acariciadas se desmoronan, cuando su salud se derrumbe, cuando su vida se debilite lentamente, y vea acercarse la hora final, aquella en la que hay que abandonar la tierra; si en esos momentos, la incertidumbre o la angustia le estruja el corazón, entonces acuérdese de la voz que hoy os dice: ¡Si, hay un Más Allá! ¡Si, hay otras vidas! Nada se pierde de nuestros sufrimientos, de nuestros trabajos, de nuestras lágrimas. Ninguna adversidad es inútil; no hay labor sin provecho, ningún dolor sin compensación. Tened confianza en vosotros mismo, confianza en las fuerzas escondidas en su interior, confianza en el porvenir sin fin que le está reservado. Tenga la certeza que hay en el Universo una Potencia soberana y paternal, que lo ha dispuesto todo con orden, justicia, sabiduría, amor. Eso os inspirara más seguridad en la vida, más coraje en la adversidad, más fe en vuestros destinos. Y avanzaréis.