Escuchar "Lucas 12 (Dios y las Riquezas) - Ruta 66 con José de Segovia"
Síntesis del Episodio
"El dinero es dios", dice el cartel de la primera película de "Wall Street" en 1987. Si todos viven para algo o alguien, no hay duda que uno de los pocos ídolos que el mundo reconoce es el amor a las riquezas. La codicia es esa insatisfacción continua por la que siempre queremos más y nunca tenemos suficiente. La Biblia la llama idolatría (Ef. 5;3; Col. 3:5). Jesús nos advierte sobre ella en la historia que narra en el capítulo 12 de la Buena Noticia según Lucas.
Antes, Jesús nos habla de qué es lo que debemos temer (vv. 4-12), no el mal presente, sino el futuro, que está en las Manos de Dios. "No podemos lograr nuestros sueños en esta vida", cantan David y los Gigantes en 1983, pero por la fe en Cristo, los hermanos Huff y el Pequeño Ricky de la serie "Yo amo a Lucy", sabían que "si murieran mañana, su vida acabaría de comenzar" (Riders In The Sky). El veterano músico de blues Buddy Guy recuerda con El León de Belfast, Van Morrison, que "esta vida es más que carne y huesos" (Flesh & Bone). Su padre dice que "lo leía en el Buen Libro, una y otra vez". Por él, el actual Nobel de Literatura, Bob Dylan descubre que "La muerte no es el fin" (Death Is Not The End 1988).
23 años después del primero, Oliver Stone hizo una secuela de "Wall Street" con el subtítulo de que "El dinero nunca duerme". Tras la crisis de comienzos de este siglo, el director observa que "La ambición es uno de los grandes problemas del ser humano". Y en 2010, "la codicia ya es no es sólo buena, sino legal". El abyecto broker que interpretaba Michael Douglas busca la redención, al salir de la cárcel, intentando recuperar el amor perdido de su hija, que encarna la británica Carey Mulligan. Escuchamos diálogos de la versión doblada, comentados por José de Segovia. El fondo sobre el que habla, esta vez, no es la banda sonora original, que son todo canciones, sino las composiciones instrumentales de una artista anónima de Internet, que con el seudónimo de Luxury Elite recrea el ambiente de los años 80, una época que ella no vivió, ya que nació al final de esa década, pero que le fascina especialmente.
El relato de Jesús sobre el rico al que sorprende la muerte pensando en ampliar sus negocios (Lc. 12:13-21) nos recuerda la canción de los 77´s, que nos advierte que podemos tener esa cita en el momento más inesperado (Caught In An Unguarded Moment). La banda que formó el músico cristiano Michael Roe en Sacramento a finales de los 70 se da cuenta que en nuestra propia juventud se puede dar esa "fecha de caducidad" que desconocemos.
Ante la ansiedad de la vida, Jesús nos ofrece la paz que el mundo no conoce y que sólo el Padre celestial nos puede dar con su cuidado amante y todopoderoso (vv. 22-31). El artista británico que ha encontrado su fama en la vejez, Bill Fay, llegó a la fe a principios de los 70. En su disco de tema escatológico, "El tiempo de la última persecución" (Time of The Last Persecution), antes de su largo silencio, anuncia que ante la tribulación presente y futura, por la fe en Cristo, "Uno no tiene que tener tanto miedo" (Be Not So Fearful 1971).
Antes, Jesús nos habla de qué es lo que debemos temer (vv. 4-12), no el mal presente, sino el futuro, que está en las Manos de Dios. "No podemos lograr nuestros sueños en esta vida", cantan David y los Gigantes en 1983, pero por la fe en Cristo, los hermanos Huff y el Pequeño Ricky de la serie "Yo amo a Lucy", sabían que "si murieran mañana, su vida acabaría de comenzar" (Riders In The Sky). El veterano músico de blues Buddy Guy recuerda con El León de Belfast, Van Morrison, que "esta vida es más que carne y huesos" (Flesh & Bone). Su padre dice que "lo leía en el Buen Libro, una y otra vez". Por él, el actual Nobel de Literatura, Bob Dylan descubre que "La muerte no es el fin" (Death Is Not The End 1988).
23 años después del primero, Oliver Stone hizo una secuela de "Wall Street" con el subtítulo de que "El dinero nunca duerme". Tras la crisis de comienzos de este siglo, el director observa que "La ambición es uno de los grandes problemas del ser humano". Y en 2010, "la codicia ya es no es sólo buena, sino legal". El abyecto broker que interpretaba Michael Douglas busca la redención, al salir de la cárcel, intentando recuperar el amor perdido de su hija, que encarna la británica Carey Mulligan. Escuchamos diálogos de la versión doblada, comentados por José de Segovia. El fondo sobre el que habla, esta vez, no es la banda sonora original, que son todo canciones, sino las composiciones instrumentales de una artista anónima de Internet, que con el seudónimo de Luxury Elite recrea el ambiente de los años 80, una época que ella no vivió, ya que nació al final de esa década, pero que le fascina especialmente.
El relato de Jesús sobre el rico al que sorprende la muerte pensando en ampliar sus negocios (Lc. 12:13-21) nos recuerda la canción de los 77´s, que nos advierte que podemos tener esa cita en el momento más inesperado (Caught In An Unguarded Moment). La banda que formó el músico cristiano Michael Roe en Sacramento a finales de los 70 se da cuenta que en nuestra propia juventud se puede dar esa "fecha de caducidad" que desconocemos.
Ante la ansiedad de la vida, Jesús nos ofrece la paz que el mundo no conoce y que sólo el Padre celestial nos puede dar con su cuidado amante y todopoderoso (vv. 22-31). El artista británico que ha encontrado su fama en la vejez, Bill Fay, llegó a la fe a principios de los 70. En su disco de tema escatológico, "El tiempo de la última persecución" (Time of The Last Persecution), antes de su largo silencio, anuncia que ante la tribulación presente y futura, por la fe en Cristo, "Uno no tiene que tener tanto miedo" (Be Not So Fearful 1971).
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