Agua eres: inmensa. Autor Antero

06/11/2017 4 min
Agua eres: inmensa. Autor Antero

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Síntesis del Episodio

Tus palabras son de agua
porque tú eres agua;
tus versos son de agua
porque agua es tu boca;
y es en tu boca
donde calmo mi sed de saber.

Y desde tus ojos:
-fuente de todas las aguas-
-ríos que en mi mar desemboca-
reflejas la luz de todos los faros
proyectando miradas saladas
que a sus pies se convierten
en sonoros humedales.

Tus poemas son de agua
para mis deseos dormidos
tus versos riachuelos inmensos
que los despiertan.

Y desde tu mano exaltada de rimas
-fuente por donde fluyen-
misterios por desvelar, ofreces
tal vez sin saber,
que, las ansias siempre esperando,
son un caudal inverso
que crece al ritmo de tus versos;
nubes de agua por descifrar
coronadas de espuma blanca.

Agua eres, y tierra frondosa,
pero es como agua que te veo llegar,
-mar inmenso tan profundo-
recalando en mi orilla
con cadencia pausada e interminable
haciendo rodar
las arenas del pasado
desgastando los recuerdos
del aquel lejano pasajero.

Humedales de caudales abiertos
entre lo efímero y lo cierto,
donde median las olas, que recalan
incansables, en mis deseos despiertos,
-en mi vehemente playa,
anegada por el paisaje de tu piel nacarada-

Certero lo que es arrastrado
por manos saladas y palabras sonoras
que repiten una, y otra, y otra vez
futuro, presente, pasado;
agua eres, y también selva
y en agua y selva me conviertes
cuando llegas a mi orilla
-porque tú eres agua
-porque tú eres selva
-porque tus poemas son agua
que fluyen por ríos de versos
con restos de palmeras
desembocando en mares inmensos
donde me sumerjo
con los ojos bien abiertos,
tratando de descifrar los secretos
de tu vientre salado.

Te pregunto en sueño quien eres
y me respondes:
-soy agua y también selva
y me pides:
-ven, sumérgete,
y despierto, cuando desapareces.
En torno a mí queda:
humedad sonora, inspiradora,
sugerente de todo lo que seas,
de todo cuanto fueres,
de todo cuanto eres:
silueta como palmera orgullosa
de contornos ardientes
que en mi horizonte quedas cristalizada
como huella indeleble.

Un verso como epitafio para mi muerte,
estrofa que firma y resalta:
Mayestática mujer de montes y agua.