¿Duermes mal? ¿Estás agotado? ¿Sientes que te ahogas en un vaso de agua? ¿Has perdido eficacia en tus tareas? ¿Te despistas con más frecuencia que antes, olvidando cosas importantes? ¿Te irritas con facilidad, sintiendo que has perdido la paciencia? ¿Te invaden la tristeza y la desesperanza? ¿Necesitas que el mundo pare porque ya no puedes más? ¿Has empezado a tomar medicación para la ansiedad, pero solo te sirve para reducir un poco los síntomas, sin sentir que nada cambia, nada mejora? A veces el estrés puede hacernos perder el rumbo de nuestra vida.
Recordemos que el estrés es una respuesta fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o difícil de resolver. Cuando en nuestras vidas se suceden varias situaciones percibidas de esta forma, cuando intentamos sostener un nivel de autoexigencia elevado durante mucho tiempo, aparecen síntomas como la ansiedad, que afecta tanto al cuerpo como a la mente.

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