Romanos 6:12-14
✍🏻 El apóstol Pablo continúa en la aplicación práctica, cotidiana de la vida cristiana, y contrastando el propósito de la ley y de la gracia, ha manifestado que la ley revela el pecado pero no proporciona las herramientas o fuerzas para dominarlo, por su parte, la gracia de Dios, Su favor inmerecido, Su obra redentora por medio de la cruz de Cristo y el don del Espíritu Santo, si provee el dominio propio para no sucumbir ante el pecado.

🤷🏻‍♂️ El hombre natural, que no ha nacido de nuevo, que no se ha acercado a Dios por la fe e incluso ha rehusado hacerlo, vive en la concupiscencia de la carne, vive para complacer los malos deseos, vive para el pecado. El pecado reina en él, ejerce dominio o señorío absoluto controlando su estilo de vida.

📖 “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Ga 5:24).

🛐 Para los que nos acercamos a Dios por la fe, la gracia divina es la obra de Dios que hace posible la salvación en Cristo, como esperanza futura, y el poder del Espíritu Santo que obra en nuestras vidas en este tiempo presente.

🙌🏻 Ahora nuestra posición como creyentes, muertos y resucitados en Cristo, libres de condenación y pecado, tiene impacto aún en las decisiones a tomar, en nuestra vida cotidiana.

🙇🏻‍♀️Hemos de presentarnos a nosotros mismos, como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, nuestros miembros para la justicia y no la iniquidad. Entendiendo por miembros no sólo, nuestro cuerpo, sino también, nuestras facultades mentales y emocionales. Todo, absolutamente todo lo que hacemos, pensamos y decimos es para la gloria y honra de Dios.

📌 Sea que trabajemos, estudiemos, cocinemos, hagamos las tareas del hogar, sirvamos en algún ministerio en la iglesia, todo lo que hagamos exalte Su nombre.

🕊️ El pecado no puede enseñorearse del cristiano, porque la muerte y resurrección nos han separado de la vieja naturaleza, para entregarnos en servicio a Dios, nuestro Señor; no sólo por los derechos de Creador, sino también por los derechos de la redención.

📖 Hoy, Dios nos dice lo que profetizó a Israel en Isaías 43: 1 “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”

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