Romanos 2: 12-16
🕊️ El juicio de Dios es imparcial, y en Su justicia, juzgará de acuerdo al conocimiento de la ley.

✍🏻Dios ha escrito su ley en los corazones de todos los hombres y mujeres, dándonos una conciencia que nos testifica la ley, con la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, por lo que, estamos conscientes cada vez que pecamos; y por la naturaleza caída cuando la conciencia acusa se busca justificar los hechos, es por esta razón que el homosexual dice que nació así, el adúltero alega que su esposa ya no es igual, el fornicario afirma que hay que experimentar, el mentiroso tilda su acción como inofensiva, porque una mentirita blanca no le hace daño a nadie, y de esta forma se va debilitando la conciencia hasta llegar a estar cauterizada.

🙇🏻‍♂️ Por supuesto, también están aquellos que atienden el llamado de atención de su conciencia y se apartan del pecado, los cuales por su obediencia son ley para sí mismos.

📜 En caso particular de los judíos, que recibieron la ley de Moisés, serán juzgados por ella, pero los que sólo son oidores ella no serán declarados justos; para ser justificados o declarados justos hay que ser hacedores de ella.

📖 Santiago 1:22-25 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”

⚖️ Todos sin excepción hemos pecado, por lo tanto, merecedores somos del juicio divino y no tenemos excusa delante de los ojos de Dios, porque Él colocó su ley en nuestros corazones, nadie puede decir que no sabía que lo que hacía era pecado o era malo.

🛐 Para ser justificados ante el Creador hay que creer en Él, confiar en el sacrificio de Cristo que nos redime y regenerados por el Espíritu Santo, podremos disfrutar de la salvación recibida por gracia, y como evidencia, viviremos en santidad, obediencia, haciendo las buenas obras agradables a Dios.

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