La Justicia de Dios y la vida cristiana. Ro 11:6-10 La gracia: favor inmerecido

25/04/2021 3 min

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Síntesis del Episodio

Romanos 11:6-10
✍🏻 El apóstol Pablo menciona nuevamente el principio fundamental de la gracia, siendo el favor inmerecido de Dios que Él ha extendido sobre su remanente escogido. Y está en contraste con las obras, puesto que la retribución que alguien recibe por la obra realizada no es gracia, y la gracia recibida no está asociada con ningún mérito.

🙌🏻 De hecho si Dios no nos ofreciera la salvación por gracia, ninguno sería salvo, no calificamos para recibirla, todos estábamos muertos en delitos y pecados. ¡Gracias al Señor por su gracia y su misericordia que renueva cada mañana sobre nosotros!

🙅🏻‍♂️ Pablo enfatiza que del pueblo de Israel, aquellos que rechazaron la justicia de Dios intentando imponer su propia justicia a través de las obras, como consecuencia fueron endurecidos, no alcanzando lo que buscaban.

🤷🏻‍♂️ Al igual que hoy, todos aquellos que intentan llegar al cielo con sus fuerzas, tratando de hacer méritos con una actitud religiosa, en una aparente obediencia, no alcanzarán la vida eterna. El sentido de seguridad en sí mismos, por autosuficiencia, no permite que Jesucristo gobierne sus vidas y sea su Señor.

🤔 Éste vino a ser el problema del pueblo de Israel, al sentirse seguros en la idea de ser el pueblo escogido, no se sometieron al mandato, no escucharon el llamado divino.

📖 Las citas de Isaías 29 y el salmo 69 corresponden a la intervención judicial de Dios en contra de la generalidad de la nación de Israel, quienes no estaban dispuestos a recibir la justicia de Dios mediante su gracia, sin embargo, los escogidos, el remanente fiel, recibió por gracia la justicia en Cristo mediante la fe.

🙇🏻‍♀️ Dios sigue siendo Soberano, responsable de la salvación final de los creyentes, pero está en nosotros el aceptar su gracia mediante la fe en Jesucristo, reconociéndole como Señor y Salvador, permitiendo que Él sea el dueño, quien gobierne nuestras vidas, para cumplir su voluntad que es nuestra santificación.