Cuando aceptamos  a Jesús, como nuestro Señor y Salvador, hemos sido resucitados a una nueva vida en Cristo,a veces nos resulta difícil de entender lo que nos dice la Escritura, en Colosenses 3:1, “han sido resucitados a una vida nueva con Cristo”. Es decir, debido a la muerte de Jesús en la cruz y su posterior resurrección de entre los muertos, hemos sido resucitados a una nueva vida en Jesús cuando tomamos la decisión de seguirlo. 

Hay una sencilla explicación para esto, Jesús vino y murió para pagar por todos los pecados de la humanidad—incluyéndonos — y cuando le damos nuestras vidas a Él y tomamos la decisión de caminar como el camino, tenemos nueva vida en Él.

Si puedes enfocarte en lo profundo de la palabra entonces Te darás cuenta qué dice que resucitamos juntamente con él,la resurrección es de nuestro espíritu que estaba muerto en el pecado la palabra dice Por cuántos todos pecaron fueron destituidos de la gloria de Dios al resucitar volvemos a tener acceso a la gloria de Dios y a reinar con Cristo juntamente. La palabra nos habla de una nueva vida esto no quiere decir que nuestra vida antigua desaparece así como de la nada o de manera sobrenatural. El hombre natural tiende a elegir y seguir con las cosas de las que tiene costumbre Y qué le gustan y lo hace sentir bien en el momento elegimos lo mundano lo momentáneo lo pasajero muchas veces nuestros afectos y gustos buscan o se fijan  en alegrías y penas temporales de este mundo. No obstante Dios tiene otros planes para nosotros. Su voluntad qué es buena, agradable y perfecta no es la nuestra y por lo tanto debemos enfocarnos en Jesús para que las cargas y las luchas de este mundo no nos quiten continuamente la vida nueva.

Hagamos de Jesús nuestra vida.
La primera parte de Colosenses 3:4 dice: "Cuando Cristo, quien es la vida de ustedes...generalmente esto no es el reflejo de nuestra vida quizás Jesús sea una parte de nuestra vida pero no es toda nuestra vida.Queremos y le pedimos a Jesús que sea nuestro Salvador, y  que nos permita pasar la eternidad con Él, pero no estamos muy seguros de querer que sea nuestro Señor y que gobierne todos los aspectos de nuestra vida mientras estamos en la tierra. 

Él habita en algunos de nuestros pensamientos, pero no le permitimos ser el Señor de todos nuestros pensamientos. 
Él ocupa parte de nuestro día, pero no le permitimos ser nuestro Señor y gobierne todo nuestro día.
Lo invitamos a participar en algunas de nuestras decisiones, pero no le permitimos ser el Señor de todas nuestras decisiones.
A menudo pensamos que sólo porque nos convertimos en hijos de Dios y aceptamos a Jesús, deberíamos cambiar sobrenaturalmente. Que cuando le decimos sí a Jesús, Él entra en nuestras vidas y simplemente cambiamos sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Y aunque eso puede suceder porque nuestro Dios puede hacer cualquier cosa, nosotros todavía tenemos que estar comprometidos en la batalla por nuestra santidad espiritual. 

A medida que maduremos en el nuevo yo, vamos a hacer todo a la luz de lo que Cristo ha hecho por nosotros. 

Reflexionamos hoy: 

¿Dónde está puesto tu enfoque? ¿Qué ves cuando ves? Determinemosno para apartar nuestra mirada de lo temporal? 
¿Cuando necesitas en tu vida a Cristo,? ¿invitas a Jesús a todas las actividades de todo tu día o solo a veces y como te conviene?

Nuestra oración a Dios 🙏 hoy;
Padre Celestial clámamos por esa vida nueva, y esa transformación de nuestra mente , mirada y enfoque. Llenanos de Tu Santo Espíritu para tener amor ,poder y dominio propio para poder caminar en tu buena, agradable y perfecta voluntad, en el nombre de Jesús amén

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