PACIENCIA CON LAS PERSONAS

13/12/2021 7 min

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Síntesis del Episodio

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,  solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
Efesios 4:1‭-‬3 RVR1960
"Paciencia con las personas"

Podemos  pensar la paciencia primero en relación con las cosas, por ejemplo el servicio de la comida o la velocidad de la conexión de internet. No olvidemos que siempre, detrás de las cosas hay personas. Vivimos en un mundo personal, creado por un Dios personal, y nuestras vivencias diarias,  están determinadas por otras personas.  No estamos aislados. Si lo que queremos es ser personas con paciencia,  nuestra vida tendrá que estar relacionada con personas reales. Proponiéndonos cada día desarrollar ese fruto espíritual que es la paciencia.

Cuando el apóstol Pablo en su epístola a los Efesios  nos alienta a “caminar de una forma digna” de nuestro llamado en Cristo, él expresa  su argumento en términos de nuestra relación con los demás: “…con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándonos unos a otros en amor, esforzándonos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:1-3). 
La paciencia  hacia las demás personas es esencial está demostrada por el Todopoderoso que calla de amor y nos espera con paciencia y que confía en nosotros más de lo que nosotros mismos.

De forma similar, somos llamados a cultivar “tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia, soportándonos unos a otros y perdonándonos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro” (Colosenses 3:12-13). Paciencia es soportar a las demás personas cuando no comparten  nuestra manera de obrar o el ritmo de nuestra vida,  nuestras prácticas, prioridades y percepción del tiempo. “Les rogamos, hermanos, que les llamen la atención a los ociosos, que animen a los de poco ánimo, que apoyen a los débiles, y que sean pacientes con todos” (1 Tesalonicenses 5:14).
La palabra es penetrante como espada de doble filo, Dios es amor y te llama ha amar con la misma paciencia que El te ama.