Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;
1 Pedro 3:18

El postrer Adan, Jesús dió y da un nuevo inicio
Jesús en la cruz y en su resurrección, puso fin a Adan, el primer hombre que Dios creo, ese que un día dio inicio a la muerte y al pecado, Adán tenía derecho legal sobre toda la creación de Dios, al torcer los propósitos de Dios, ese dominio se trasladó al enemigo de nuestra alma y heredamos  los que nacímos de mujer, de él su naturaleza que era de pecado. El pecado no es lo que el hombre hace sino una tendencia de ley interna. El pecado que Mora en mi dice, el apóstol,Pablo que me hace hacer lo que no quiero y no debo. Nacimos con la tendencia de Adán, nos parecíamos a él, se replicaba en nosotros los deseos de pecado, el  cual se  enseñoreaba en nuestro interior.

El día que Adán comió del árbol murió espiritualmente y años después falleció físicamente. Siglos más adelante, en la cruz, murió su reino con el cual tenía derecho de heredar a los hombres muerte y pecado. El día que sepultaron a Jesús el poder de la resurrección, sepultó la herencia y el reino del pecado de Adán, que por  miles de años vivía en esta tierra heredando su naturaleza a todos los vivos. Ese hombre pecaminoso se quedó en la tumba y el que resucitó fue Cristo. Dios cumplió su palabra cuando dijo: «el día que comas del árbol morirás». Adán murió el día de la cruz, desde ese día dejó de tener derecho legal sobre tu vida. 

En la cruz murió Jesús por mis pecados y ahora Cristo vive en mí. a través de Su Santo Espíritu, En esa misma cruz murió  el imperio de Adán que heredó pecado y muerte que antes estaban en  nosotros. Cuando Adán vivía en nosotros reinaba la muerte. Al vivir Cristo en nosotros reina la vida. La cruz es la revelación de la sabiduría de Dios a través del cual puso fin al imperio de la muerte, destruyó al hombre viejo y dio un inicio a la nueva creación. Ahora podemos  tener vida eterna. Podemos tener esa relación cara a cara con Dios.

Adán participó del árbol y por eso heredó el fruto del pecado a la humanidad. Jesús obedeció hasta la muerte y muerte de cruz  y por eso heredó el fruto de justicia a los que creen. Dios, camino está tierra con 
 cuerpo de hombre trajo el cielo que Adán había alejado siglos atrás. Adán separó el cielo de la tierra.al pecar se separó de la  santidad de Dios, de la dimensión de Dios. Dios quiere que entendamos que en Cristo podemos unir  cielo y tierra. 


«Venga tu reino a nosotros y Hágase tu voluntad», es una realidad en Cristo. Podemos caminar y vivir en la realidad de la dimensión celestial en esta tierra. Adán separó el cielo de la tierra y heredó maldición sobre está. Jesús adquirió el cielo para nosotros y hereda bendición. 

Nuestra oración a Dios:
Padre nuestro que estás en los cielos, en la tierra y en todo lugar, santificamos tu nombre y te glorificamos pedimos perdón por todos nuestros pecados y por todo pacto que hayamos hecho con el mundo y con nuestra carne, recibimos Tu perdón y nos rendimos a Ti para ser resucitados con Cristo ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en nosotros. En Su nombre bendito.amen

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