Hay una batalla embravecida, una batalla que no podemos ver. Hay poderes más allá de nuestros sentidos, más allá de lo que podemos ver y oír. La Biblia nos dice que "nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales" (Efesios 6:12). Bastante pesado, ¿No? Pero es verdad. Las batallas que libramos en nuestras vidas no son sino parte de una enorme batalla cósmica que ha estado sucediendo desde la caída de Satanás. Esta batalla no terminará hasta que sea destruido.

Mientras tanto, Dios promete que si usamos su armadura, podemos permanecer firmes. Mientras oramos las promesas de Dios para nosotros mismos o para otros, necesitamos pedir fortaleza en las batallas espirituales que no se ven…

La promesa de Dios para nosotros
*Les  proveeré de armadura para que puedas mantenerte firme y resistir al enemigo en el día malo.

Nuestra oración a Dios
Padre Celestial, reconozco que hay una batalla espiritual que se está librando, una batalla mucho más allá del alcance de nuestros sentidos.
 Reclamo tu promesa de que mientras llevemos la armadura que tú nos proporcionas, podrémos resistir al enemigo en el día malo y seguir firme después de la batalla. Gracias por proveer esta armadura.

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