Mi vida, paso por muchos procesos, difíciles y a veces muy duros, pero  hoy miro los detalles de todo aquello y puedo ver que Dios siempre estuvo allí conmigo, ayudándome a cruzar los desiertos el mar de aguas turbulentas que amenazaban taparme, pero en ese momento yo estaba demasiado enojada y lastimada para verlo.
Mi hermano Alberto había recibido un balazo en su estómago una broma entre compañeros de trabajo,,se fue de las manos, y esto terminó con su vida. Yo ya conocía al señor y había orado tanto para que no muriera Y el dolor me dejó ciega por mucho tiempo, perdí a mi hermano y perdi el rumbo, me encerré en el dolor , permitíi qué mi familia se rompiera,me separé y todo lo veía oscuro las tinieblas me habían rodeado. Pasó mucho tiempo en el que camine errante pero Dios salió a mi encuentro
Y sano mi corazón. Una y mil veces. Por ello hoy digo: Siendo la cruz un acto único de redención, las palabras finales de Jesús  se volvieron cruciales para  sanar mi corazón diariamente. Fue Cómo ir al médico y que me prescribirá en una receta,:
Las últimas palabras de Jesús:

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46; Marcos 15:34).
Jesús conocía el corazón y la mente de Dios. No necesitaba preguntar por qué. Pero Jesús también fue un hombre. Sintió dolor como nosotros lo  sentimos. Fue un gran consuelo para mi vida saber que, en su peor momento de  sufrimiento, Jesús tuvo que preguntarle a Dios ¿Por qué?

En Dios están todas las respuestas para nuestra vida
Así que al preguntar por qué, Jesús nos dio permiso de traer nuestras preguntas difíciles a Dios, en los peores momentos en las circunstancias más duras sin necesidad de avergonzarnos, de nuestras  dudas y miedos. Dios no se molestará porque necesitemos respuestas. Por el contrario estas situaciones en la que nos preguntamos por qué? desconsoladamente, son las que van a acercarnos más a El. Quiero que sepas y entiendas en esta mañana, qué puedes, Preguntarle a Dios “¿Por qué?”
Si hoy, estuvieras parado/a frente a Dios, ¿Qué le preguntarías?
Sabes algo,Satanás controla lo que mantenemos callado y oculto, pero cuando sacamos nuestras heridas a la luz, Satanás ya no tiene poder sobre ellas. ¡Jesús es la luz! Cuando reconocemos nuestro dolor, Él comienza a sanarnos.  ¡Pide a Dios,Las respuestas  y  y Su presencia  sanará tu corazón herido.l El paso siguiente para que Dios sane mi corazón fue tomar la decisión de perdonar
Perdonar aquel varón qué había disparado contra mi hermano.
“—Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Mientras acercaban los clavos a sus manos, Jesús hablo fuertemente “Padre, perdónales”. Él se negó a que la amargura echara raíces. Allí en la cruz Jesús me enseñaba que mientras más pronto perdonamos más rápido lo superamos. 
No sé cuál es tu situación en esta mañana:
Quizás alguien que se suponía que te protegeria y te mantendría segura/o, te hirió. Abuso de ti. Destruyo tu seguridad. Quizás te traicionaron y tú esperabas lealtad de esa persona,Puedes estar pensando, es imposible perdonar. Tienes razón. No creo que podamos perdonar en nuestra propia fuerza o fortaleza  Necesitamos pedirle a Dios, que por medio de su Santo  Espíritu  nos ayude.

“Saca a las personas qué te dañaron de  tú enfoque y ponlas en el enfoque de Dios. De esa manera, serás libre ”
Tercer paso;
El Reino es para compartirlo

“—Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús” (Lucas 23:43).

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