Algunas ocasiones podemos ver la idea que estamos por escribir desde diferentes perspectivas, una de ellas es imaginarla como una estructura cuyo soporte le permita no caerse y encontrar en ella la solidez necesaria; me refiero por una parte a los asuntos gramaticales, pero también a la credibilidad y consistencia que podemos crear en ella. Muchas veces todo se encuentra dentro de cierta lógica, pero llega un momento en que aquello que te han dicho pierde solidez y credibilidad, ¿Has vivido algo así? Bien acompáñame en este nuevo episodio.
Cuando su fantasma se hizo visible
Ella sabía perfectamente que no vivía sola, él estaba siempre en algún lugar de su casa, ese pequeño espacio donde dialogaba con las estrellas y le daba forma a sus sueños, no me refiero a la persona con la que hablaba a solas, esa era ella misma transformada en un ser etéreo que por lo general le daba la razón en todo y muy pocas veces discutía en contra, si así son los amigos imaginarios también, tal vez eso sea para ella.
Era pésima en asuntos de mantener limpia una casa, ella dejaba para otro momento lo ordinario y lo vital siempre en consonancia con sus actividades, por ejemplo, los trastes bien lavados, la ropa, ella misma siempre aseada pero los rincones que necesitan de dedicación y esmero no eran propios de sus rutinas.
Yo la observo desde el árbol que a veces visito, ella gusta de escuchar mi canto, y sonríe cuando estoy presente frente a su ventana, reconozco que soy pésimo cantante, prefiero el néctar de las flores y con ello me basta, pero ella se embelesa con mi presencia y por eso la frecuento, además sé que ella no es igual a los demás.
Lo insólito aconteció hace poco, ella empezó a notar la presencia del fantasma que vive con ella de forma silenciosa, dicho sujeto nunca expresa una sola palabra, pero merodea por todos lados…
Yo también lo ví… Un tanto grisáceo y opaco, no entendí nada, ¿De quién se trataba? No lo sé, no entiendo quién puede ser.
Percibí cuando ella volteaba la mirada y lo observaba, sin decir una sola palabra, noté que ellos no se hablan, ella lo deja vivir en ese lugar y no se entromete para nada con sus asuntos, al menos eso sucede en apariencia, lo que es destacable de todo esto es que ella con gran diligencia se dio a la tarea de limpiar rincones, paso la aspiradora y dejó todo sin rastro de polvo, devolviéndole a su fantasma la comodidad de la invisibilidad.
Me pregunto si eso solo sucede en estructuras como casas o bodegas, ya que en mi incesante viaje por los vientos y las ramas de los árboles no me he percatado de la presencia de fantasmas… Sin embargo, es bueno señalar que no todos son como ella, esa mujer para mí es especial, sobre todo por el hecho de que le permite a su acompañante la virtud del anonimato.

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