El cuento de hoy se titula “Los niños y Dios perdido” extraído del libro “Regálame la salud de un cuento” de José Carlos Bermejo.

Este cuento es de risa y nos quiere dar una pequeña lección de vida. No siempre las palabras son vehículos para el encuentro y son más importantes en el tono que las expresamos.
Reflexionemos:
¿En cuántas ocasiones he perdido la partida por no usar el tono adecuado en mi propuesta?
¿Por qué cuando a veces hablamos de Dios lo hacemos cómo si fuera un Dios lejano y no entrañable?
En ocasiones, ¿Reflejamos en Dios nuestra imagen y no la imagen de Dios en nosotros?
“Ser afectivo y asertivo es más útil que severo”
Jesús Arias

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