Hace más de 21 años estaba caminando sobre un puente en Florida, donde vi a muchos pescadores pescando. Y contemplando el tema de la muerte. Mirando el océano donde parece no tener fin. Asombrado por el Océano cómo brilla cuando es golpeado por los rayos del sol. Y en mi depresión deseando ahogarme en ella. Preguntándome si me tiraría al océano para ahogarme si sería cierto que los delfines que vi a la distancia me salvarían o si eso era un mito que solo se encontraba en flipper en mi canal favorito Nick a Night en ese momento. Entonces, cuando dejé mi lugar para caminar en el puente, vi un pez fuera del agua y jadeando por agua. Un pez globo de muchos colores, pensé en salvarlo pero luego me dije que pasa si se hincha y me pica con sus púas. Aunque en ese momento pensé en la muerte, en el fondo no quería morir. Así que caminé y pensé en dejarlo morir pero mi conciencia me inquietó al punto de hacerme correr hacia él y hablarle diciendo no me pique, quiero salvarte. Así que lo agarré por la cola y lo lancé al océano con todas mis fuerzas con la esperanza de salvarle la vida. En ese momento un pelícano la atrapa y se la traga entera luego me mira y en su lenguaje me pide más. En mi ira maldigo y le grito al pobre pelícano deseando que se muera por querer comer para sobrevivir. Ahora, años después, miro ese evento y digo que, de muchas maneras, los humanos necesitamos comer algo vivo para sobrevivir. Para que vivamos un animal, un pez o una planta debe morir. Así como Jesús tuvo que morir para que podamos disfrutar de la vida eterna a través de su vida, que fue su sangre. La muerte y la vida están más cerca de lo que uno piensa aunque por ahora parezcan enemigas, caminan juntas. Uno no es sin el otro. Cada día muere uno y nace otro. Uno nunca decide su nacimiento y nunca decide su muerte. Aunque algunos deciden engañar a la muerte antes de tiempo solo para descubrir que hay una vida después de esta vida cuando mueren. Así que ahora con todo mi corazón bendigo al pájaro que una vez maldije en mi falta de entendimiento. Aunque un asesinato para algunos, incluido ese pez globo, un héroe y un ejemplo para otros que desean sobrevivir. Pero pensando en lo venenoso que es un pez globo, creo que el pobre y adorable pelícano murió más tarde. Así que en su deseo de vivir, tanto el pez globo como el pelícano murieron.

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