Había una vez un hombre llamado Steve que era narcisista, es decir, alguien que está locamente enamorado de sí mismo, que ve el mundo girando a su alrededor. Mientras crecía en la escuela, creía que todos los elogios que se hacían a los demás eran para él y no para el otro. Pero se preguntó por qué no se mencionó su nombre, entonces imagínelo para que las otras personas no se sientan mal por no haber sido tan buenas como yo. En una ocasión en clase la maestra le hizo un cumplido a uno de los estudiantes que no era Steve y después de la clase fue hacia a maestra y le dijo “Sé que el cumplido era para mí pero para que Tom no se sintiera mal mencionaste su nombre. ” “No, quise decir que era para Tom”, respondió la maestra. Y Steve respondio "maestra tanto tiempo y no sabes mi nombre, mi nombre no es Tom, es Steve", y antes de que la maestra pudiera decir otra palabra, Steve salió por la puerta con orgullo y dijo: "pobre maestra que tiene problemas para recordar mi nombre "A medida que pasan los años, Steve nunca tuvo novia porque no quería que nadie compitiera con él. Un día decidió que quería casarse y pensando quién debería ser la afortunada, se dijo a sí mismo que ninguna es digna de yo, así que decidió casarse con él mismo. Fue a un pastor y le dijo al pastor que quiero casarme. Steve respondió que no hay dama aquí, solo yo y yo. El pastor dijo que hay necesidades ser dos para casarse. Y Steve responde que soy lo suficientemente bueno para dos. Y ahora dice las palabras y yo respondo que sí. Antes de que el pastor pudiera continuar, Steve respondió que sí y al salir de la iglesia pensó que estaba casado consigo mismo. El primer día Steve se dijo a sí mismo quiero que tú laves los platos mientras yo cocino. A Cocinar y comer se sentía perezoso y no quería lavar los platos, así que discutió consigo mismo, holgazán, me casé contigo para que pudieras ser de ayuda. Pero no haces nada en todo el día más que comer mientras otro cocina. Al día siguiente, Steve se despertó tarde para su trabajo y se culpó a sí mismo. Y dijo por qué no me despertaste y él mismo se respondió qué crees que soy tu criada. Y la discusión era tan intensa. Que quería solicitar el divorcio y divorciarse él mismo. Así que el divorcio vino y se fue. Y descubrió que no podía dejar a la persona con la que se casó porque era él mismo. Día tras día vio todas sus imperfecciones y se dio cuenta de lo pecador que era en verdad. Hasta que un día gritó entre lágrimas quién me salvará de esta persona que soy. Y al ver un papel en el suelo con el plan de salvación se salvó y se hizo cristiano. Ahora Steve solo piensa que el mundo gira en torno a un hombre y ese no es él mismo, sino Jesús, quien lo salvó y es perfecto y encantador.

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