Había una vez una abeja que volaba alrededor de otra colmena que no era de su especie. Pero pertenecen a un tipo diferente de abeja. Las otras abejas vieron que no se parecía a ellas, así que lo evitaron y se negaron a hablarle. otros lo empujaron hacia un lado y le dijeron muévete, no perteneces a nosotros y luego no lo dejaron decir una palabra. La abeja gritó, pero tengo algo importante que decirte, por favor, ten un corazón comprensivo". Pero a cambio, responderían: no queremos escucharte, no perteneces a nosotros. Ahora, por favor, vete o te sacarán. de la manera más grosera. La abeja gritó que un oso había derribado mi colmena y él dijo que mañana derribaría tu colmena. Por favor, escucha lo que tengo que decir". Las otras abejas se burlaron de lo dicho y se rieron de él por no querer creer. Una de las abejas vio que hablaba en serio en lo que decía y dijo que tal vez tenía razón en lo que decía. Pero las otras abejas dijeron que esta colmena ha estado aquí por casi un año, nunca será derribada, no le hagan caso porque no es de nuestra especie. Entonces se le dijo a la abeja que se fuera junto con la otra que creía en lo dicho. Como las abejas levantan lágrimas del grupo que no quería creer. En una hora vino un oso, derribó la colmena y comió la miel con las abejas que estaban. Entonces, como esta abeja, estamos en este mundo pero no somos de su clase, también estamos dando advertencias a otros para que vengan a Jesús y tengan un corazón comprensivo porque hay un infierno en el que nadie desearía entrar. E incluso si se niegan a escuchar, eso no cambia el hecho de lo que sucederá pronto si no vienen a Jesús.

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