A principios de noviembre de 2020, las autoridades danesas detectaban una cepa del coronavirus muy extendida entre su población de visones de granja. La mutación representaba un riesgo para los humanos, pues había sido detectada ya en varios centenares de personas y, lo que era peor, dicha mutación podría poner en riesgo la futura vacuna anti covid-19. El Gobierno de Dinamarca decidió atajar el problema sacrificando a sus 17 millones de ejemplares, porque, según definieron: “la situación era muy grave”. El exterminio se aprobó e inició sin amparo legal, lo que generó una crisis política aún mayor. Para hablarnos de toda esta problemática, nos visita el naturalista Alex Lachhein.

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