La energía del día de hoy es de Compasión, Armonía y Belleza en la Vinculación. En este tercer día, como en cada semana, balanceamos la energía de los dos días anteriores, ya que hemos aprendido que la plenitud, desde una perspectiva espiritual, es el balance entre la misericordia y el juicio.  Para ejercer este Poder necesitamos ambos aspectos, tanto para sentirnos completos, como para ser compasivos.  Hoy, nos dedicamos a encontrar formas de ejercitar ambos.

Nos damos cuenta que en una relación, cualquiera que sea, se requiere no sólo ser justos, amorosos y respetuosos, sino también ser compasivos, comprendiendo y sintiendo el dolor físico o sufrimiento mental del otro.  Esta cualidad de poder solidarizarnos con las causas de nuestros vínculos es base para cultivar este balance, armonía y belleza.

Ver la Belleza en la vinculación es reconocer la energía (Luz) en el momento en que se concretan las cosas; cuando la idea, el trabajo, e incluso la conquista amorosa se convierte en algo tangible y físico.   Esta armonía en la cohesión se trata también de darnos cuenta de que sigue siendo nuestro Ser (Divinidad, espíritu o como le llamemos) la fuente de donde proviene la emoción y los sentimientos de ver lo que hemos creado con nuestra consciencia y nuestro trabajo.

Si en ese momento de logro nos distraemos o desbalanceamos, fragmentamos nuestra percepción y nos cegamos, lo vemos desde el programa Ego y entonces nos engañamos con la creencia de que “eres solo tú quien lo ha creado” y perdemos de vista la unión o comunión que tenemos con la Energía Divina, que es de donde proviene toda manifestación, si caemos en esta trampa, entonces hemos de hacer el trabajo para sostenerla.  

Si por otro lado, observamos y nos damos cuenta siempre de que ese espíritu o Divinidad (Misterio) es la Fuente de esa energía creadora, de eso que creaste y manifestaste, a través de este reconocimiento, Ella misma se ocupa de sostener y auto regularse para que perdure.

Si la vinculación es el fundamento donde sostenemos toda nuestra Creación, entonces en la práctica de la armonía y balance del dar y recibir, podemos revalorar todas nuestras relaciones, lo que aporta cada Una a nuestra vida y nosotros a ellas, y nos entregarnos a fluir con ellas, confiando en el sostén que representan, siempre y cuando sigamos reconociendo que Eso que nos Une, es una energía que va más allá de la suma de nuestros Egos, es la suma de nuestras Almas con el Gran Espíritu del Todo.


Pregúntate a ti mismo:


¿Es condicional mi vinculación?

¿Me siento incómodo con los problemas de mis vínculos?

¿Me alejo cuando el otro tiene problemas o se atora en el camino?

¿Pongo condiciones para trabajar con alguien o para amar a alguien?

¿Soy capaz de ver los dos polos en mis relaciones?

¿He aclarado mis deseos o necesidades negociables y no negociables en mis relaciones?

¿Siento agradecimiento por mis pequeños logros o hasta que llego a la meta?

¿Veo la belleza en toda relación y vínculo?

¿Me siento capaz de mediar entre mis propios juicios y mi capacidad compasiva o me dejo llevar por alguno de ellos?


Ejercicio del día:

Ofrece ayuda y apoyo a esa persona de tus vínculos que está en dificultades, reconoce el aporte de armonía que puedes irradiarle, reflexiona también como lo has hecho ya con quien te has vinculado.

Analiza los logros que has conseguido y verifica si piensas que fuiste solo tú quien lo logró. Si es así, observa como ese logro ya está en decadencia, concéntrate en ver la energía divina que hay detrás de eso que lograste y aprecia el hecho de tenerlo en tu vida.    Puede ser un trabajo, una pareja, una amistad, tu salud, lo que sea; la mejor herramienta para lograr esto es tomarte un tiempo para recordar cómo era cuando no lo tenías en tu vida y deseabas tenerlo, recuerda esa carencia y automáticamente te llevará a apreciarlo.    Cuando lo hagas, recuerda que lo más sublime es su Luz interna, su energía, su armonía.. ...continúa en el audio...

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