El don de la fortaleza es el don del Espíritu Santo que nos da la valentía necesaria para ser seguidores fieles de Jesús y su proyecto de Reino. El don de la Fortaleza vuelve fuerte y heróica la Fe, es decir, pone a Dios en primer lugar antes que los miedo, los señalamientos, la persecución. Con este don, el Espíritu Santo nos da la FUERZA para ser perseverantes en la Fe y en la misión encomendada. Este don nos otorga la fuerza espiritual para no declinar en el proyecto singular que Dios tiene con cada uno. Es el don del ánimo espiritual, con el que nuestro espíritu está vibrante de amor por Dios y activo en ese amor. El don de la fortaleza provoca en nosotros la resiliencia, pues nos la fuerza interna que viene De Dios para levantarnos cuando caemos y para sobre ponernos al mal cuando este nos quiere ahogar.

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