El don de consejo es un don que tiene como centro la escucha y está ligado muy intimamente con el discernimiento y la conducción (sonido de trompeta de caminón), no me refiero a la conducción de vehículos, me refiero a la posibilidad de coducir a otros hacia Dios. En el don de consejo el discernimiento espiritual es la base, no solo para guiar a otros sino también para conocer el mejor camino, sugerir las mejores opciones y tomar las decisiones que estén en lógica del querer de Dios. Con el don de consejo antes de cualquier toma de decisiones o cualquier orientación a otros hay un deseo interno: aprender a escuchar a Dios para saber lo que quiere y buscar unir la voluntad propia a la voluntad De Dios para que todo lo que se haga y se diga tenga como causa su Deseo y no el nuestro, limitado y muchas veces errático. El don de Consejo es la luz espiritual para distinguir lo bueno de los malo, lo correcto de lo incorrecto, lo que es de Dios y lo que no, lo verdadero de lo falso. El don de consejo es el don que nos lleva a vivir una vida que da testimonio de Dios y mediante este testimonio conducir a otros hacia la salvación, es decir, hacia su felicidad.

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