El gobierno presenta en el Parlamento lo que define como uno de sus proyectos fundamentales: la reforma jubilatoria. Debido a su importancia, sus socios de gobierno ven la oportunidad de posicionar sus propios intereses. Es así como comienza un ida y vuelta que pone en la mesa de saldos los derechos de los niños, a los que se pretende obligarlos por ley a convivir con sus maltratadores. También se discute el ajuste de las jubilaciones, que básicamente empeora las condiciones para acceder al retiro y aumenta los años de aporte de los trabajadores. Y por si fuera poco, también se ha incluido en la conversación la voluntad de llevar a los torturadores condenados por sus crímenes en la dictadura hasta sus casas con sus familias. Es lamentable que ese “proyecto fundamental” se haya convertido en algo así, donde todo se negocia y da igual lo que sea y a quien afecte. Ya sabemos que de este enredo al final, serán los más débiles y los trabajadores los que pagarán y se llevarán la peor parte. De este y otros temas es que hablamos en el Contrapunto del pasado lunes, en el programa de Cris Richeri, Hoy No es Un Día Cualquiera

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