Todo sí va más allá de lo que podemos imaginarEste sí, como toda promesa real de un ser humano, va más allá de lo que él puede abarcar con su mirada. Su situación es semejante a la de un germen: no se puede prever el despliegue de su crecimiento. […]Un sí arroja luz sobre la actitud de un almaPero toda promesa vinculante y seria concede una mirada en la actitud general del alma y se transforma ⁠–⁠quizá⁠–⁠ en su quintaesencia viva. Ahora bien, la actitud de la Madre se hace patente en su promesa, porque aquí ella está frente al ángel y tiene que darle su respuesta. […]Del comentarioEl hijo menorNo se dice lo que el hijo menor expresó cuando el padre le perdona, pero sí se dice «Y comenzaron la fiesta». Es decir, del texto se deduce que el hijo menor se dejó acoger de nuevo en la dignidad que poseía antes de marcharse, hasta una dignidad aún mayor, sugieren los textos. […]El hijo mayorLa actitud del hijo mayor es una de las más llamativas de todo el Evangelio: «Él se irritó y no quería entrar». Más allá del amor entre hermanos, aquí nos llama la atención algo que tiene que ver con la actitud fundamental del hombre que se nos describe. […]–––––––––––––––-El episodio ha sido transmitido en el marco del programa «Vida consagrada» de Radio María España el 28.9.23.Descargue el libro Ancilla Domini Más textos enbalthasarspeyr.org/es/publicaciones

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