Drosophila melanogaster es el nombre científico de la comúnmente llamada mosca de la fruta.
Pese a las diferencias morfológicas evidentes este insecto presenta características genéticas que lo asemejan al ser humano.
El corazón y los genes que regulan su funcionamiento trabajan de la misma manera en la mosca y en el hombre.
Un grupo de científicos del CONICET lleva adelante un proyecto de investigación que utiliza a la mosca de la fruta como modelo para el estudio de enfermedades cardiovasculares humanas.
Paola Ferrero, investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones Cardiovasculares cuenta los detalles de este novedoso trabajo.

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