Imagina que eres un pescador avezado, que has estado faenando toda la noche sin lograr capturar nada y cuando regresas a puerto, por la mañana, cansado y quizás desanimado, Jesús, que sabes que no es pescador, te dice que vayas mar adentro y eches de nuevo las redes. Milagrosamente la captura es tan grande que se llenan dos barcos hasta casi hundirse. ¿Qué nos quiere enseñar Jesús con el pasaje de la pesca milagrosa? La CIG te invita a que escuches el mensaje “YENDO MAR ADENTRO”, en él se trata de dar respuesta a esa pregunta a la luz de la Palabra de Dios, iluminada por el Espíritu Santo. ¡Bendiciones y que te aproveche!

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