Digamos que estás tratando de comer más sano. En esta analogía, el pastel de chocolate puede representar el pecado del que más fácilmente caes presa. Si pasas todo el día pensando en el pastel de chocolate y cómo debes evitar comerlo, adivina qué va a pasar. Probablemente en algún momento vas a comer del pastel de chocolate. Porque es en lo que has estado pensando todo el día, en el pastel de chocolate, no en comer más sano. Si estás enfocado en comer más vegetales, hacer ejercicio, etc., entonces no te sentirás tentado por el pastel de chocolate, a menos que te lo pongas debajo de la nariz.
Ni siquiera pensarás en ello. El punto de la analogía es que la mentalidad es más importante que hacer una lista de pecados a evitar. ¿Cómo dejar atrás la mentalidad de la carne, del pecado, para vivir con la
mentalidad de la vida, del Espíritu? La CIG te invita a que escuches el mensaje titulado “Una mentalidad de vida y muerte”, en el que, de forma expositiva, tratamos de contestar a esas importantes preguntas
a la luz de la Palabra de Dios, iluminada por el Espíritu Santo. ¡Bendiciones y que te aproveche!

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