Había una familia que tenía dos hijos varones, uno de ocho años y otro de seis. El hermano mayor era hijo biológico, mientras que el de seis años era adoptado. Un día, el hermano mayor se jactó ante su hermano menor de ser el
único hijo biológico de sus padres. El hermano menor le respondió, después de considerar lo dicho por su hermano: “Bueno, al menos puedo decir que fui elegido, pero ellos se tuvieron que quedar contigo”. Dios nos dice en su Palabra que fuimos predestinados, elegidos en Cristo Jesús, para ser Sus hijos, herederos de promesas espirituales inimaginables para nosotros. Y que esa decisión soberana de Dios, basada en su amor, fue decidida antes de la fundación del mundo y garantizada por el sello del Espíritu Santo. ¿Qué significa que fuimos predestinados y elegidos en Cristo y de qué forma el sello del Espíritu Santo garantiza la plenitud de lo que Dios nos ha dado?
La CIG te invita a que escuches el mensaje titulado “LOS ELEGIDOS”. En él tratamos de explicar, de forma expositiva la Palabra de Dios, iluminada por el Espíritu Santo, conforme a lo que registra Efesios 1:3-14, y de contestar a las preguntas planteadas y a algunas más.
¡Pedimos que andemos todos bajo la amorosa, misericordiosa y soberana bendición de Dios, y te aproveche!

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