MP3 008 Como caerle bien a los demas en menos de 90 segundos

23/06/2016 9 min
MP3 008 Como caerle bien a los demas en menos de 90 segundos

Escuchar "MP3 008 Como caerle bien a los demas en menos de 90 segundos"

Síntesis del Episodio

Cuando comenzamos a establecer un entendimiento planeado, reducimos propósito la distancia y las diferencias entre otra persona y nosotros mismos encontrando intereses comunes. Cuando ello sucede, sentirnos una conexión natural porque somos similares, nos hemos convertido en alguien igual a esta persona o grupo de personas.
Del mismo modo que entre Mark y Tanya, en la historia que aparece en el recuadro, se desarrolla el entendimiento, están pasando muchas más cosas de las que la vista puede apreciar.

Una persona corriente acaso no lo notará, pero para el ojo y el oído entrenado está sucediendo constantemente. Cuando emerge su interés compartido por los sellos, también lo hace una similitud en su comportamiento hacia el otro.

El lenguaje corporal, las expresiones faciales, el tono de voz, el contacto visual, la forma de respirar, los ritmos corporales y muchas actividades fisiológicas más acaban alineándose. Dicho con sencillez, inconscientemente empiezan a comportarse de una manera parecida, como si se imitaran. Comienzan a sincronizar sus acciones.

El entendimiento planeado se establece alterando deliberadamente el comportamiento, durante un rato, a fin de volverse como la otra persona. Te conviertes en un adaptador, al menos hasta que se ha establecido la conexión. Justamente, lo que puedes adaptar y cómo hacerlo es lo que aprenderás en los capítulos siguientes. Lo único que necesitarás es tu actitud, tu apariencia, tu cuerpo, tus expresiones faciales, tus ojos, el tono y las cadencias de tu voz, tu talento para estructurar las frases en una conversación cautivadora y tu recién revelado don para descubrir el sentido favorito de la otra persona.

Súmale a todo ello una habilidad para escuchar y observar a la gente y la muy estimable ayuda de la curiosidad. Sin accesorios, sin artefactos, sin afrodisíacos, sin píldoras, sin talonario de cheques, sin amenazas físicas... Sólo los dones maravillosos con los que naciste, y tu alentador deseo de compañía ajena.